La última encuesta del CIS dibuja un mapa electoral de España dominado por el color rojo del PSOE, que colorea hasta 29 provincias, y en el que también se reflejan empates en doce circunscripciones. Únicamente tres provincias aparecen bañadas en azul, el color del Partido Popular. La Región de Murcia es una de ellas, junto con Salamanca y Ávila. Los populares encontrarían de nuevo en la Comunidad murciana su bastión, resistente a cualquier tendencia nacional, pues volverían a ganar los comicios generales, tal y como llevan haciendo desde el año 1993, cuando superaron por primera vez al PSOE. Sin embargo, en esta ocasión, la victoria del PP en las elecciones del 28 de abril aparejaría una pérdida de votos, pues pasaría de los cinco escaños que cosechó en los últimos comicios (2016) a obtener tres diputados de los diez que hay en juego en la circunscripción murciana. No sería el triunfo que soñaría el ciezano Teodoro García Egea, el cabeza de lista por la Región y número dos del PP en Génova, pero sí suficiente para atribuirse el mérito de que habría salvado los muebles del PP en un contexto nacional de descalabro popular.

Son las elecciones generales más reñidas de la historia, como así recuerdan constantemente las encuestas. Nada queda ya del escenario del año 2011, cuando el PP barrió en la Región de Murcia, acaparando ocho de los diez diputados en liza. Ahora, cada voto puede ser decisivo, y no es un tópico. La fragmentación del electorado del centro derecha, tradicionalmente aglutinado en el PP, abre una grieta en los populares y alimenta las posibilidades de partidos como Vox, al que el CIS otorga su entrada en el Congreso con dos diputados murcianos (con la exdiputada popular Lourdes Méndez al frente). Este factor complica además las opciones de fuerzas como Ciudadanos, que también pesca en el electorado del centro derecha, y al que el CIS le da entre uno o dos diputados. Miguel Garaulet tendría asegurado repetir el asiento del Congreso a tenor del CIS, pero no así el número dos, el aguileño José Luis Martínez.

Ciudadanos disputaría ese parlamentario en el aire con el PSOE, según pronostica la encuesta. Los socialistas murcianos, cuya horquilla se sitúa entre dos y tres escaños en la Región, tendrían al alcance de su mano agarrar tres diputados, un resultado que no consiguen desde las dos victorias de José Luis Rodríguez Zapatero (2004 y 2008). Desde los comicios de 2011, el PSOE siempre ha obtenido dos representantes, colocado a una distancia muy lejana del PP. Esta posición puede cambiar, ya que por primera vez los socialistas, cuya candidatura encabeza Pedro Saura, pisan los talones del PP en la Región, recortándole metros y situándose muy cerca, como así indica la encuesta.

Unidas Podemos -la confluencia de Podemos, IU y Equo- volvería a registrar sólo un diputado, según la predicción del sondeo. Javier Sánchez Serna se sentaría de nuevo solo -sin compañía murciana- en el Congreso. Y se quedaría sin representación Somos Región, el partido regionalista que preside Alberto Garre y que a través de la papeleta que lidera Pío Pérez aspira a lograr un escaño para ser decisivo en los acuerdos parlamentarios que se adoptan en el Congreso. «Queremos ser el Pedro Quevedo de Murcia», es una de la consignas que suele decir Garre, en alusión al diputado de Nueva Canaria, cuya aportación ha conseguido mejoras para su autonomía. También resultaría sin sitio en la Cámara Baja la delegación murciana del Pacma. El Partido Animalista, cuya candidata es María Sheeran, fue una de las grandes sorpresas de los comicios de 2016 ya que se consolidaron como la quinta fuerza política en la Región, con más de 8.000 votos, si bien no consiguieron representación parlamentaria.

Claro que ese reparto de escaños responde a la cocina que esta vez sí ha elaborado el CIS que dirige el sociólogo José Félix Tezanos, pues la estimación de voto directo, la que no ha sido procesada, arroja que el partido más votado en la Región de Murcia sería el PSOE (16,4%), seguido muy de cerca del PP (15%) y completaría el podio regional Ciudadanos (10%). Paradojas del mismo CIS que aúpa a Vox, esta fuerza sería el quinto partido con menos apoyos en la Región (6,5%), mientras que Unidas Podemos seguiría siendo el cuarto (7,1%).

Todo está en el aire, añade el sondeo: casi cuatro de cada diez murcianos respondió que no tiene claro su voto. Este porcentaje de indecisos, que es bastante alto (38%), es una de las bazas a las que se agarran los partidos murcianos para escalar puestos y arañar mejores posiciones. Conseguir la victoria en estas elecciones acarrea también anotarse la ventaja a la hora del reparto de escaños para el Senado. El sistema electoral implica que sólo dos partidos se distribuyan los cuatro escaños en disputa: el más votado se lleva tres senadores y el segundo se queda con el restante. En los últimos años, este 3+1 se ha repartido entre el PP (con mayoría) y el PSOE.

El CIS ha sido motivo de polémicas desde que se produjo el relevo en Moncloa tras la moción de censura y que supuso, por tanto, el cambio en la dirección del Centro de Investigaciones Sociológicas. Las nuevas encuestas de José Félix Tezanos, un sociólogo vinculado al PSOE, prescindieron de la cocina (que reunificaba la intención de voto con la simpatía y con el recuerdo de voto) y desde septiembre incluyeron una novedad: cada mes se harían públicos los resultados desglosados por comunidades autónomas. Sin embargo, estos sondeos preguntaban a una escasa muestra de la población (unos 85 murcianos de media), lo que provocó mucha desconfianza y las críticas de los sociólogos, que no veían un peso suficiente para extraer conclusiones.

Esta vez el censo es distinto. El llamado Macrobarómetro del mes de marzo ha ampliado de forma considerable la muestra: ha preguntado a 16.194 españoles; de ellos, 434 son murcianos. Las encuestas se han realizado en 24 municipios de la Región entre el 1 y el 18 de marzo; el error muestral en la Comunidad es del 4,8%.