Lo recoge el artículo 7 del nuevo reglamento de la Universidad de Murcia para los trabajos de fin de grado (TFG) y fin de máster (TFM): «El TFG, de acuerdo con los criterios que establezca la guía docente de la asignatura y la memoria del título, podrá ser evaluado por un tribunal; el/la propio/a tutor/a; y un tribunal y un/a tutor/a».

El 'permiso' para que sea solo el tutor el que califique el trabajo es la principal novedad de la nueva reglamentación que se aprobó el 28 de septiembre de 2018 y que ha entrado en vigor el presente curso académico 2018-2019.

Las facultades de Comunicación, Derecho y Economía y Empresa han sido las primeras en aplicar esta modificación y no se descarta que el curso que viene lo haga también la de Letras (que imparte ocho titulaciones).

La vicerrectora de Estudios de la Universidad de Murcia (UMU), Sonia Madrid, ha explicado que esta posibilidad ya se aplica en otras universidades españolas y que son los centros los que decidirán si quieren o no ponerla en marcha.

«La eliminación del uso del tribunal es posible en los trabajos de fin de grado porque no implican ningún tipo de investigación, como ocurre en los de los másteres, que en ningún caso pueden calificarse solo por parte de los tutores», ha apuntado.

La Universidad ha tomado esta decisión porque se ha visto «desbordada» en la práctica con la cantidad de trabajos que se tienen que calificar de los estudiantes que acaban la carrera. «No tenemos suficientes profesores titulares para formar los tribunales, y tenemos que echar mano de los asociados», ha indicado.

Incluso, ha recordado, se han dado casos en los que un tribunal de especialistas en unas lenguas extranjeras, han tenido que calificar un trabajo en una distinta a su especialidad... «Es difícil formar tribunales ad hoc cuando hay materias muy específicas».

La vicerrectora ha rechazado que pueda llegar a perjudicar a los alumnos o que los profesores puntúen mejor o peor con esta nueva fórmula. «Yo hice un estudio piloto en Letras y las calificaciones no cambiaron».

Los trabajos que el tutor considere que pueden optar a una matrícula de honor deben pasar, obligatoriamente, por un tribunal.