Seis veces más. Esa es la evolución de las capturas de cangrejo azul en el Mar Menor en los dos últimos años, donde se ha pasado de recoger 600 kilos a los 4.000 kilos del año pasado. Este año los pescadores de la laguna salada ya han capturado 400 kilos. El precio medio está entre los 7,5 euros y 8,5 euros por kilo.

En 2016, que es cuando se empezó a capturar para su venta, los pescadores recogieron algo más de cien kilos.

Para la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca estos precios son «una buena noticia porque incentiva a los pescadores a seguir capturándolos» y, de paso, a frenar su crecimiento.

El cangrejo azul es una especie invasora y muy depredadora, que llegó, procedente de Cataluña, al litoral murciano hace cuatro años y que es un peligro potencial para el Mar Menor. «No lo es hoy por hoy, pero estamos asustados, y creemos que lo va a ser», explicó la bióloga de la Cofradía de Pescadores de San Pedro del Pinatar, Ana Muñoz Vera.

La Consejería, como una medida de control de esta especie, ha acordado con la cofradía pinatarense, como se está haciendo en otras regiones afectadas, «que se realicen capturas masivas y, posteriormente, se comercialicen».

«La gran ventaja es que aquí tiene un buen precio; en otras zonas del litoral español se está vendiendo a un precio medio de 4,5 euros el kilo», explicaron desde la Dirección General de Agricultura, Ganadería, Pesca y Acuicultura. De ahí que consideran que «la única forma de control es la captura y la comercialización».

De hecho, en países como Australia, que también tenía grandes problemas de 'colonización', ya se está limitando el volumen de comercialización y captura debido a que ya se ha logrado un control efectivo sobre esta especie, apuntan en Agricultura y subrayan: «No hay otro sistema de control».

Los primeros focos de cangrejo azul en España aparecieron en el Delta del Ebro. Posteriormente se extendieron a la Albufera de Valencia y después al Mar Menor.

Parece ser que el inicio del foco fue debido a la entrada del cangrejo en las bodegas de algunos cargueros que llegaron a Italia a través del Canal de Suez.

Ana Muñoz junto con un grupo de biólogos del Instituto Oceanográfico, «de manera altruista, y sin ningún tipo de subvención pública», comenzaron hace dos años un estudio sobre este cangrejo que campa a sus anchas en el Mar Menor, porque no tiene depredadores en nuestro entorno, «no saben qué hacer con ellos».

Su duro caparazón y unas pinzas fuertes, hacen difícil, si no imposible, que otros animales puedan atacarle o destruirle.

Por su parte, desde la Dirección General de Medio Ambiente y Mar Menor se explica que en la próxima reunión del Comité de Asesoramiento Científico, que se celebrará el 8 de abril, se tiene previsto abordar, entre otras cuestiones, el análisis y seguimiento del cangrejo azul americano para, en su caso, «determinar las actuaciones necesarias para minimizar los efectos que esta especie invasora pudiese tener sobre el ecosistema del Mar Menor».