Las trabajadoras de los almacenes de fruta de la Vega Alta que hace más de 20 años revelaron el consumo sistemático de analgésicos para soportar las largas jornadas laborales -las protagonistas del llamado caso Nolotil- no son las únicas que recurren a los medicamentos para aguantar el dolor. CC OO ha dado la voz de alarma ante el consumo de fármacos y psicofármacos por parte de las camareras de piso, las llamadas 'kellys' (acrónimo de 'las que limpian', tal y como ellas se denominan a sí mismas). Los estudios realizados por el sindicato muestran que «las mujeres de este sector consumen el triple de fármacos que sus compañeros varones», según apuntó José Rodríguez Valdés, responsable de Salud Laboral de la Confederación de CC OO.

La situación laboral de este colectivo ha llevado al sindicato a organizar una jornada titulada 'La salud laboral de las camareras de piso (Automedicarse no es la solución)'. Rodríguez Valdés participará en el encuentro con una intervención titulada 'Consumo de fármacos y psicofármacos', en la que dará a conocer los resultados de los estudios realizados por el sindicato para averiguar la magnitud que alcanza este problema en diferentes sectores.

Las camareras de piso, que tradicionalmente han sido uno de los colectivos más representativos de la plantilla de los hoteles, han visto endurecerse sus condiciones de trabajo desde que empezó a externalizarse el servicio de limpieza de las habitaciones. A raíz de las modificaciones legales introducidas por la reforma laboral, las compañías propietarias de los hoteles empezaron a contratar este servicio con empresas externas, que pagan sueldos inferiores a los estipulados en el convenio de hostelería y ofrecen condiciones más penosas.

Estas largas jornadas de trabajo contrarreloj, con tareas físicas que exigen movimientos repetitivos, acaban repercutiendo en la salud de las camareras de piso y se traducen en dolores físicos que dan lugar a «un mayor consumo de analgésicos y antiinflamatorios», según apuntó Rodríguez Valdés.

El responsable de Salud Laboral de la Confederación de CC OO añadió que cuando estas dolencias «solo se tratan con fármacos», pero no se resuelven lo problemas que las causan, acaban provocando dificultades para conciliar el sueño y otros problemas que llevan a recurrir a los psicofármacos. Rodríguez Valdés aludió a otros estudios que hablan de que «siete de cada diez trabajadoras se medican para evitar el dolor».

En muchos casos las empresas de servicios que aportan las camareras de piso a los hoteles tienen establecido un precio por cada habitación que limpian, que en la Región se sitúa en torno a un 1,5 euros, según las estimaciones de los sindicatos. Desde hace años las organizaciones de la hostelería también vienen denunciando que este sistema de pago obliga a las trabajadoras a estirar la jornada para conseguir llegar al salario mínimo.

Por su parte, el secretario general de CC OO en Murcia, Santiago Navarro, explicaba que las kellys realizan «un trabajo a destajo», que les obliga a llevar a un ritmo frenético para sacarse «el sueldo que está estipulado. Eso supone que no van a ganar más por trabajar más, sino que tendrán que hacer más horas para completar el sueldo».

La polémica ha llegado a la Asamblea Regional, con la presentación de mociones que trataban de eliminar la externalización del servicio de limpieza de habitaciones de los hoteles del convenio colectivo de la hostelería.

Propuestas en el mismo sentido han llegado al Congreso de los Diputados, aunque con escaso éxito. Las kellys incluso llegaron a reunirse con el anterior presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

«A Rajoy le sirvió para hacerse la foto», apuntaba ayer el secretario general de CC OO en Murcia, quien recordó que el convenio de hostelería es uno de los que no se ha renovado desde antes de la crisis. Santiago Navarro considera que las condiciones laborales de las camareras de piso se han mantenido porque «no hay voluntad de cambiarlas» y echa en falta más medios de la Inspección de Trabajo para evitar incumplimientos por parte de las empresas de servicios.