«¿Me podré ir a Manchester?», «¿Tendré que pagar yo todo el curso, o mantendrán las becas?». Estas son las dos principales preguntas que se hacen los aproximadamente 70 estudiantes de la Universidad de Murcia (UMU) que han solicitado una plaza para estudiar el próximo curso en una universidad de Gran Bretaña, en el marco del Programa Erasmus +.

El Brexit ha puesto en jaque a los estudiantes, pero también a las universidades murcianas que tienen convenios de colaboración con homólogas británicas (28 la UMU y 4 la Universidad Politécnica de Cartagena).

En esta incertidumbre viven María Llanos y Aarón Jiménez, ambos de 20 años y estudiantes de segundo curso de Estudios Ingleses en la UMU.

María ha pedido una plaza en la Manchester Metropolitan, donde estudiaría el tercer curso de este grado. «En principio iba a ir sola, pero al final nos hemos juntado un grupo de compañeros de clase y otras amigas», comenta, subrayando que «sería una experiencia muy útil, y seguro que avanzaría mucho en el conocimiento del idioma».

Saber más de la cultura de ese país y vivirla son otros de los alicientes que tiene este destino. «Manchester es una ciudad que tiene mucha oferta cultural», apunta.

Los estudiantes Erasmus, hasta ahora, tenían la opción a recibir una beca de 300 euros al mes de la Unión Europea, que es la que peligra a partir del próximo curso. Aunque en las negociaciones entre la UE y el Gobierno británico se acordó que habría un periodo transitorio para este programa y que las becas se prorrogarían hasta 2021, sin la firma del tratado de salida no serviría para nada.

Todas las miradas, y los dedos cruzados, están pendientes de la próxima votación del acuerdo de desconexión negociado que tendrá lugar en el Parlamento británico, aún sin fecha definida. «Esperemos que salga bien, porque me hace mucha ilusión irme», señala Aarón. En su caso tiene claro que sin esta ayuda económica le sería imposible cruzar el charco, lo mismo que para otros compañeros y compañeras que han pedido plaza en Gran Bretaña; María sabe que se le complicaría pero no es, a priori, un ‘no’ categórico.

Aarón ha pedido plaza para la Universidad de Birmingham, una de las más grandes de Inglaterra. «Me atrae mucho la ciudad y sé que vendría con un nivel de inglés muy superior al actual; para aprender un idioma tienes que vivir en el país», indica.

Ante la incertidumbre, la Universidad de Murcia lanza un mensaje de «tranquilidad». «Es incierto lo que puede ocurrir el próximo curso, pese a ese acuerdo entre la UE y el Gobierno Británico; ni lo sabemos los europeos ni lo saben los británicos», explica Matías Balibrea, jefe del Área de Relaciones Internacionales de la Universidad de Murcia.

El futuro de los Erasmus depende de distintos escenarios: que haya una salida pactada, con lo que no habría inconveniente en mantener el programa en próximas ediciones, como ya existe con otros países fuera de la Unión Europea (Islandia, Noruega o Turquía lo tienen). La gran incógnita del programa está en si no hubiera un acuerdo entre las dos partes para la desconexión británica. Para el próximo curso 2019-2020, Balibrea opina que se podrían dar soluciones ‘paraguas’ que permitan mantener ese curso el Erasmus, como por ejemplo, que las universidades implicadas asuman el coste del programa. «Eso ya lo hacen en Suiza, y no creo que fuera un problema para las universidades británicas». De hecho, muchos centros académicos ya se han puesto en contacto con la UMU para informar a la universidad murciana que si no hay acuerdo en el Brexit, ellos están dispuestos a firmar acuerdos bilaterales.

Dada la incertidumbre y preocupación en todas las universidades españolas, en la actualidad el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades ha organizado un grupo de trabajo con la Agencia Nacional del Programa Erasmus, rectores europeos y rectores britáticos, entre otros, para analizar los distintos escenarios y buscar soluciones que mantengan la movilidad de los estudiantes en ambas direcciones.

Crue Universidades Españolas ha organizado el 14 de marzo, junto con el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, una jornada para informar y debatir las posibles consecuencias de la salida del Reino Unido de la UE en cualquiera de los escenarios, las medidas para minimizarlas, previstos en el Real Decreto-ley aprobado el 1 de marzo, y los planes de contingencia que se deben desarrollar por parte del Sistema Universitario Español.