Águeda cruza la acera despacio y se dirige imparablemente hacia la Gran Vía de Murcia. Lleva en el cuello una bufanda larga de color morado y un gorrito a juego con la reivindicación. Mira a su derecha y a su izquierda. Tiene ante ella una marea de gente, miles de personas juntas caminando en una misma dirección. Ella da el paso y baja el escalón hasta la carretera. Se la ve perderse entre toda la multitud.

Cristina y su compañera miran la marea morada desde la puerta de su tienda de ropa también en la Gran Vía. Dice que le gustaría estar pero que tiene que trabajar, tiene turno hasta las 21.30 de la noche y algunos amigos y familiares suyos sí están cruzando la avenida en otra manifestación histórica por la igualdad entre mujeres y hombres.

El colofón a un 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, tuvo su escenario principal en las calles de ciudades como Murcia, Cartagena, Lorca o Cieza para exigir el fin de todas aquellas desigualdades sociales, laborales, económicas o culturales que persisten en la sociedad.

A la cabeza de la movilización, y como gesto del cuerpo de la Policía Nacional hacia el 8-M, dos agentes abrían la cabecera en un coche policial. Detrás, los distintos movimientos feministas, colectivos, partidos políticos o sindicatos tenían su espacio y sus reivindicaciones, sus lemas y sus canciones. A un lado, a Teresa, de 80 años, le impresiona la manifestación y subraya que cuando era joven no se reivindicaba igual.

En otro punto, Pilar, activista feminista desde joven, ve a menos gente en la manifestación pero con mayor presencia de militancia. El auge de partidos de extrema derecha en España como Vox y sus resultados electorales en Andalucía le lleva a decir que percibe una mayor movilización de los votantes de izquierda: «Hay que despertar».

Paula, junto a su amiga Inma, se explica en la misma línea: «Tenemos que defender los derechos de la mujer de grupos que nos los quieren quitar». Deja claro que, como mujer joven, los aspectos que más le afectan son el acoso o el miedo ante las actitudes machistas: «Espero que con esta manifestación y la movilización feminista haya un importante avance».

Guerra de botellas y huevos

Guerra de botellas y huevosA la altura de la Plaza Martínez Tornel la manifestación hacía un alto para protestar contra el ideario político de Vox, cuya sede está al final de Gran Vía. Entre gritos, soflamas e insultos, los integrantes del partido de extrema derecha lanzaron botellas de agua desde los ventanales de su sede a los manifestantes, cuya respuesta fue el lanzamiento de huevos contra los cristales de Vox, llegándose a colar alguno dentro de la sede.

Manifestación del 8M: Gritos antifascistas ante la sede de VOX en Murcia

Manifestación del 8M: Gritos antifascistas ante la sede de VOX en Murcia

Cartagena también grita

Cartagena también gritaEn Cartagena, la huelga del 8M fue un éxito rotundo. Unas 3.000 personas salieron a la calle para reivindicar una igualdad que aún se resiste. La marcha partió desde la plaza de España para desembocar en una plaza del Ayuntamiento.

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Manifestación del 8-M en Cartagena

En ésta última vía se vivió el único momento tenso de la marcha, al pasar por el portal de la sede de Vox en la ciudad, que ya por la mañana había sufrido pintadas y pegada de carteles anunciando la manifestación. En esta ocasión, un cordón policial controlaba un posible altercado, pero la marcha fue respetuosa con la sede, pese a que incluso apareció un grupo de personas con la bandera de España que fueron criticadas por las manifestantes por una actitud calificada como «provocadora».

No obstante, todo aconteció sin incidentes y ya en la plaza del Ayuntamiento se leyeron manifiestos y se lanzaron consignas reivindicando el papel de la mujer. Entre las proclamas se escucharon las acostumbradas, como «Mujer trabajadora, fuerte y luchadora» o «Bote, bote, bote, machista el que no bote» y «Que viva la lucha de las mujeres», entre otras.

Día Internacional de la Mujer: Manifestación en Cartagena

Día Internacional de la Mujer: Manifestación en Cartagena

Entre las preocupaciones que transmitieron a través de un altavoz también expusieron la necesidad de que «el empleo se adapte a la necesidad de la vida y el embarazo, para que los cuidados no supongan un obstáculo laboral». Asimismo, buena parte de las proclamas fueron gritadas por jóvenes, lo que demuestra que este sector de la población se muestra reivindicativo, aunque la protesta desarrollada en Cartagena estuvo protagonizada por mujeres de todas las edades. Incluso, muchos hombres se sumaron a la marcha vespertina. Uno de estos varones portaba consigo una pancarta violeta alusiva al líder nacional del PP, en la que se podía leer «Casado, yo te hubiese abortado». Si bien, esta referencia política fue anecdótica, ya que las reivindicaciones lanzadas por las manifestantes fueron encaminadas a transmitir aquellos problemas del día a día que aún siguen afectando a las mujeres del país. Con ánimo de combatirlo, gritaron: «Si nos quieren dóciles, sumisas y calladas nos encontraran en frente, defendiendo nuestros derechos».