Cabify, como Uber, es una aplicación que ofrece un servicio de transporte a partir de la geolocalización del usuario. La plataforma registra la localización de un pasajero a través del GPS del móvil y le envía el coche más cercano. El usuario puede elegir el vehículo en el que quiere viajar desde la "app" y también realizar el pago. El precio de estos servicios suele ser más barato que el de un taxi convencional y se rigen por un sistema de licencias diferente.

Las tarifas

Cabify cobra una cantidad por kilómetro recorrido: 1,65 euros para los 20 primeros kilómetros y 1,10 para el resto. No contempla el tiempo por lo que si hay atasco o hay que tomar una ruta más larga no influye en el precio final. El precio mínimo en Murcia será de 3,50 euros. En Cartagena, al funcionar únicamente por reserva, el precio mínimo es de 50 euros.

La polémica con las licencias

La polémica ha envuelto a esta aplicación prácticamente desde su aparición. Los sindicatos de taxistas de varias ciudades se han opuesto a estos servicios, sobre todo en Madrid y Barcelona. Las diferencias entre ambos colectivos radica en el sistema de licencias.

Uber y Cabify trabajan con licencias VTC, pensadas para conductores profesionales que conducen vehículos con licencia de transporte de pasajeros. No son licencias de taxi, sino de alquier de vehículos con conductor. Según la ley, desde julio de 2013 se establece que debe de haber una licencia de taxi por cada 30 de VTC. Una relación que los taxistas consideran desproporcionada e injusta.

Las licencias de Uber y Cabify, además, no les permiten captar clientes por la calle o salir del coche a buscarles, sólo pueden transportar. Algo que el gremio del taxi pone en duda que se esté cumpliendo.