«No somos de derechas ni de izquierdas. Somos jubilados. Es como decir: ¿Es usted del Madrid o del Barça? De ninguno, a mí me gusta el fútbol», asegura Matías Noguera (Murcia, 1951). Él, un empresario que se retiró hace dos años, es el presidente del partido Jubilados Decisivos. Suya fue la idea de que las reivindicaciones de los pensionistas se tenían que transformar en un partido político. Tras horas y horas de debate, un grupo de pensionistas, procedentes de varios puntos del país -además de Murcia, Málaga, Almería y Alicante-, decidía dar el salto a la política para que los gobiernos escuchen la voz de los jubilados: para ser «decisivos» en las decisiones de los gobernantes.

El partido veía la luz, de forma oficial, el pasado 5 de diciembre. La ejecutiva -que ellos llaman Junta Nacional- está constituida por una decena de pensionistas y prejubilados, aunque algunos de ellos siguen en activo. El secretario general, Carlos Javier Serrano, y el tesorero, Jesús Carlos Gálvez, también son murcianos. Su principal misión es la lucha por «unas pensiones mínimas dignas» y aspiran a lograr «cinco parlamentarios» en el Congreso de los Diputados. Por eso su sede se encuentra en Madrid, a la que se desplazan continuamente.

Son un partido joven -aunque parezca lo contrario-, «humilde y que no tiene prisas». Cuentan con una página web en la que aparecen sus estatutos y sus objetivos. Concurrirán en las próximas elecciones generales y trabajarán para participar en las europeas, pero aún no tienen estructura para presentarse en los comicios municipales y autonómicos.

«Estamos dándonos a conocer», relata el presidente de la formación, que confía en que el número de afiliados, aún ínfimo, «llegue a la cifra de 400 en unos meses». Los militantes financian el partido y los desplazamientos se los pagan todos de su bolsillo. Aunque su sede se encuentra en Madrid, su lugar de reuniones es un restaurante de Zarandona, en Murcia. También se comunican a través de un grupo de Whatsapp, con el que se ponen en contacto con el resto de compañeros.

El germen de Jubilados Decisivos surgió a raíz de las grandes manifestaciones protagonizadas por los jubilados en todo el país. Aquellas protestas fueron un ejemplo de dignidad, pero insuficiente. Hace falta un paso más para hacer realidad sus demandas. «Decidimos no hacer ruido e ir a lo posible. Vamos a tratar de hacer un partido que consiga votos que se transformen en escaños para negociar las ventajas que se pueden obtener si lo hacemos bien», describe Matías Noguera, quien, no obstante, se define como «realista» y dice que no pretenden gobernar -«sabemos que es imposible»-, pero si lograran «un grupito parlamentario en el Congreso sería un éxito».

Tienen muy claro quiénes formarán su organización: no quieren «políticos profesionales ni sindicalistas» en sus filas y se muestran abiertos a recibir a los jóvenes, aunque las listas electorales estén copadas por prejubilados o jubilados. «Queremos gente de a pie».

¿Y cuál es su ideario político? Rechazan las ideologías. «Izquierdas y derechas es un concepto muy antiguo, que viene desde la Revolución Francesa. Se mantiene hoy en día porque nos dividen y nos manejan», aduce Noguera.

Abogan por perseguir «pocos objetivos, pero muy importantes». Su caballo de batalla -no podía ser otro- es la protección de las pensiones. Pretenden que los Presupuestos Generales del Estado recojan «una pensión mínima digna para cualquier persona en edad de jubilación, sea cual sea su cotización e incluso aunque no haya cotizado, como las amas de casa», porque todos los jubilados merecen «el derecho de vivir con dignidad», proclama su presidente.

Consideran indignante la situación de los pensionistas en nuestro país. En la Región, 247.027 murcianos cobran una pensión media de 864,78 euros al mes, la tercera más baja de España. «Queremos llevar al Congreso los casos de las personas que cobran 623 euros y tienen que llegar a final de mes y que encima son los que mantienen a los miembros de la familia sin recursos. Ya está bien», clama Noguera.

¿Y el resto de ideas políticas? Son partidarios de centralizar la Sanidad pública. «Sería más económica y mantendría su nivel de excelencia». Creen que las competencias de la Sanidad y también de la Educación «nunca debieron de transferirse»; defienden que el sistema autonómico, del que no reniegan, «podría ahorrarse mucho dinero si funcionara de otra manera» y lamentan que estamos «fritos a impuestos». Pero sobre todo recriminan que los gobiernos «han maltratado» las pensiones. Esa lacra tiene que cambiar. Y eso se puede lograr si desde la política «los jubilados son decisivos».