El Ente Público del Agua firmó los contratos con la empresa promotora de la desaladora de Escombreras en 2006 con la pretensión de dar cobertura legal a los 26 ayuntamientos que no conseguían la autorización de la Confederación Hidrográfica del Segura para aprobar nuevos desarrollos urbanísticos.

Cuando la planta estuvo construida solo cuatro municipios y varias urbanizaciones con campos de golf compraron los caudales. Con el paso del tiempo, la producción se ha destinado casi en exclusiva a la agricultura.