Un error en la representación del planeta Tierra motivó que Colón emprendiera un viaje a las Indias que acabó en América. Es una de las curiosidades que se descubren en la exposición Ecúmene, un repaso histórico a lo que significaba en la Antigua Grecia esta palabra: la imagen que el ser humano ha tenido del mundo. La primera vez que estos mapas han salido de Madrid ha sido para visitar la Región.

La exposición estará disponible para los visitantes hasta junio en el Palacio de las Balsas. En ella se podrá descubrir que ya desde tiempos de los antiguos griegos se tenía la noción de una Tierra esférica.

El jefe de área del registro central de Cartografía, Marcos Pavo, explicó que «la idea tenía más que ver con un concepto filosófico que geográfico porque la esfera es la forma perfecta para los griegos». En ese momento se representaba el mundo con tres continentes -Europa, Asia y África- rodeados por un océano.

Aristóteles fue el primero en introducir evidencias que refutaban el terraplanismo, que aún cuenta con seguidores en nuestros días.

Y estas primeras evidencias están conectadas, por lejanas que parezcan, con el viaje de Colón. Siglos antes de la llegada al Nuevo Mundo, en el 235 A.C., el matemático Erastáfenes «realizó una medición bastante exacta de la circunferencia de la Tierra mirando la sombra proyectada por el Sol en lugares de distintas latitudes» explicó Pavo.

Un error histórico

Sin embargo, la medición que tuvo más vigencia fue la de Posidonio. También fue más equivocada. Un 25% más pequeña que la de su predecesor. Una diferencia que influyó en cambiar el rumbo de la Historia.

En palabras de Pavo, «la representación de una Tierra más pequeña de lo que en realidad es fue una de las causas de que Colón intentara llegar a las Indias por Occidente».

Durante la Edad Media y la imposición de la fe sobre la razón, se pierde mucho conocimiento cartográfico en Europa. El mundo se representaba en «mapas de T en O: representaciones religiosas que dividen el mundo en tres continentes con Jerusalén en el centro y rodeado de un océano». Una creación, relató Pavo, basada en la Biblia.

En este punto la exposición vuelve a mostrar la trascendencia de los mapas. Cuando se llega a América, aparece una cuarta parte del mundo que no se nombra en las Sagradas Escrituras. Lo que a día de hoy parece algo menor, en la época «generó todo un debate en torno a si los nacidos en esa zona son hijos de Dios o no y, en el caso de las regiones alejadas del mundo, incluso si son humanos o no».

La exposición tiene un final digno de Hollywood. Termina con una imagen tomada la Nochebuena de 1968. Desde el suelo lunar se observa nuestro planeta, lo que llamaron 'Earthrise'-amanecer de la Tierra.

El delegado del Gobierno, Diego Conesa, invitó a los murcianos a visitar la exposición. Especialmente, a que «colegios e institutos traigan a alumnos y a estudiantes a disfrutar de esta imagen de la Historia de la humanidad».