Era un marinero destinado en el Arsenal de Cartagena y, en la última renovación, solicitó la suscricpión de compromiso de larga duración, lo que dio lugar a la instrucción del oportuno expediente. Un par de meses después, llegó un informe de sus superiores en el que se consideraba "no recomendable" la permanencia de este hombre en la Armada. Y él fue a los tribunales.

Lo que sostiene este marinero es que lo han echado porque es gay y convive con un hombre. Hombre que resulta que tiene antecedentes. Señala al respecto que su relación es "notoria y pública", y añade que "desconoce las investigaciones que ha podido realizar el Servicio de Seguridad Naval de Cartagena para conocer los antecedentes policiales de un tercero". Subraya el hombre que "tras esa velada referencia subyace un supuesto de discriminación por razón de la orientación sexual".

El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Murcia no da la razón al marinero y le recuerda que en el informe desfavorable se detalla que existe "un requerimiento de la Interpol" contra este hombre "por delito de estafa". Y más cosas: "la presunta sustracción de un móvil y un presunto acto de sustracción en un gimnasio". "Nada se alude en el expediente sobre la orientación sexual", destaca.

De esta manera, la sentencia del TSJ desestima el recurso del marinero y ampara la resolución del Estado Mayor de la Defensa. Tiene claro que "el órgano administrativo decisor llevó a cabo una apreciación adecuada de las condiciones del candidato, actuó dentro del marco de la potestad discrecional que tiene atribuida y adoptó una decisión motivada en base a hechos constatados y de relevancia".