Unos veinte pacientes murcianos reciben cada día el diagnóstico de que tienen cáncer. Más de 7.300 cada año en la Región de Murcia. Las cifras siguen creciendo, pero las esperanzas de curación también aumentan gracias a los avances en investigación y al diagnóstico precoz. Sin embargo, la mayoría de estos enfermos chocan frontalmente, además de las consecuencias psicológicas, con las laborales y económicas que supone la enfermedad, un aspecto sobre el que la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) ha puesto el foco, presentando al Ministerio de Trabajo una serie de medidas con las que proteger a las familias con cáncer.

De los 7.331 casos de cáncer diagnosticados el pasado año 2018 en la Comunidad, 4.240 corresponden a hombres y 3.091 a mujeres. El cáncer más habitual es el de colon, con 991 casos, seguido de mama (918), próstata (861), pulmón (738) y de piel (545). Por grupos de edad, los casos son más habituales entre los mayores de 75 años, quienes suponen el 32 por ciento de todos los diagnósticos del pasado año. Sin embargo, los pacientes en edad laboral a los que se les comunicó en 2018 en la Región de Murcia que tenían cáncer llegaron hasta los 3.947, el 53 por ciento de todos los diagnósticos. Esta cifra permite hacerse una idea de la repercusión que tiene la enfermedad en su día a día, en su rutina laboral y en las propias empresas.

Otro aspecto que también analiza la AECC es qué pacientes se encontraban en una situación de riesgo socioeconómico (desempleados, autónomos o trabajadores por bajos ingresos) en el momento del diagnóstico, un dato que llega hasta los 24.942 enfermos en España, el 11 por ciento del total. Entre ellos, el grupo mayoritario con una situación económica de riesgo que se ha visto agravada por el diagnóstico de cáncer son los autónomos (10.986), seguidos de los desempleados (10.013) y los trabajadores con bajos ingresos (3.744).

El informe 'El impacto económico del cáncer en las familias en España', elaborado por el Observatorio del Cáncer de la AECC, señala que existen casi 25.000 personas que pueden encontrarse en situaciones muy delicadas durante el proceso de enfermedad oncológica, lo que, sin duda, repercute negativamente a su vivencia de la enfermedad y a sus posibilidades de dedicación y cuidado. Además, está demostrado que estos enfermos se enfrentan a dificultades económicas incluso en países donde el sistema nacional de salud público cubre la mayor parte del gasto.

Como se refleja en este estudio, el cáncer supone un gran impacto a nivel económico y laboral, destacando la pérdida de ingresos asociada al ajuste laboral obligado debido a la pérdida de empleo, la imposibilidad de realizar trabajos que impliquen un sobreesfuerzo, incapacidades temporales o permanentes que proporcionan una pensión insuficiente, bajas posibilidades para la reinserción laboral, cambios en las capacidades personales y laborales, desprotección de los sistemas de protección públicos, etc. Otros obstáculos a los que también tienen que hacer frente.