Más de 70.000 pacientes con incontinencia fecal no pueden llevar una vida normalizada al no tener acceso a la irrigación transanal -la mejor opción cuando fallan los tratamientos conservadores-, ya que solo lo financian Comunidad Valenciana, País Vasco, Madrid y Murcia, mientras Cataluña ha optado por el copago.

Personas con lesión medular y esclerosis múltiple, pero también con Enfermedad de Parkinson, cáncer de colon y recto e, incluso, niños con espina bífida o con enfermedad de Hirschsprung, tienen problemas para controlar esfínteres.

Aunque existen tratamientos conservadores, como la dieta, el uso de laxantes y antidiarreicos o la estimulación digital, no siempre se consiguen los resultados esperados, lo que obliga a recurrir a una segunda línea terapéutica: la irrigación transanal, un dispositivo que permite al paciente vaciar el intestino periódicamente y en su propia casa, eliminando el riesgo de escape.

Su coste, entre la compra del sistema y las sondas, supera los 2.300 euros anuales.

El Consejo General de Enfermería ha reivindicado este miércoles que todos los pacientes accedan en igualdad de condiciones a las opciones terapéuticas disponibles, en una rueda de prensa en la que pacientes con disfunción intestinal (estreñimiento y/o incontinencia fecal) han ofrecido su testimonio.

Casi el 60% de los 38.000 personas con lesión medular que hay España se pueden beneficiar de ese método y también más de la mitad de los 45.000 que tienen esclerosis múltiple.

El doctor Pedro López Pereira, cirujano pediátrico del Hospital Universitario La Paz, ha señalado que las disfunciones intestinales "están en tierra de nadie", ya que no hay un especialista en concreto sobre el que recaiga su manejo.

"El problema es que el cirujano no sabe a quién derivar al paciente", ha reconocido este doctor, que ha subrayado que la irrigación transanal "permite seleccionar el lugar donde se quiere hacer la defecación y cuándo".

Eva García Peña, enfermera del Hospital Clínico de Valencia y de la Asociación de Personas con lesión medular y otras discapacidades físicas de la Comunidad Valenciana, ha señalado que cuando una persona defeca con normalidad no le da importancia, pero cuando se pierde el control el impacto es enorme.

"Hablamos de personas como abogados, albañiles o peluqueros que no van al baño en quince días o que pueden tener un escape de heces en cualquier momento", ha dicho esta enfermera.

Para Mayte Gallego, afectada de lesión medular, "la primera vez que tienes un escape fecal se te hunde el mundo y no vuelves a salir a la calle en mucho tiempo".

Gracias a la irrigación transanal su vida ha cambiado. "Hay un antes y un después, aunque hay que aprender a utilizarlo y vuelves a tener el control de tu cuerpo".

También ha supuesto un gran cambio en la vida de Paula Rivero y de su hijo de 10 años, con espina bífida. "Poder estar en clase y que los compañeros no te miren porque huele...".

Francisco Javier Jurado, paciente con cáncer de recto y enfermero, ha contado como después de superar la enfermedad "llegas a casa contento porque te has curado pero no puedes vivir y te dices: 'que ruina tengo encima, te cagas por todos lados".

La irrigación transanal ha sido la solución para este paciente, que lamenta que no se utiliza porque no se prescribe ni se recomienda. Él ha tenido que aprender a utilizarlo de forma autodidacta.