Las violaciones grupales empiezan a ser cada vez más habituales y causan mayor alarma social cuando se conocen. Sobre todo desde el juicio a los miembros de la Manada en Navarra, el grupo de jóvenes que violó a una chica de 18 años durante las fiestas de San Fermín en Pamplona. A este caso se le sumaba a principios de año el de la localidad de Callosa d'En Sarrià (Alicante), que empezaba el año conmocionada por la detención de cuatro jóvenes españoles de origen ecuatoriano como presuntos autores de la violación en un grupo de una joven de 19 años a la que previamente habrían drogado mientras estaban celebrando la Nochevieja. Los delitos sexuales de todo tipo no paran de crecer en España en los últimos años y Murcia es la octava provincia del país, con 391 casos conocidos, por encima de Las Palmas y Cádiz, según un estudio publicado del Ministerio del Interior. A lo largo de la geografía nacional han ido proliferando hechos similares a los que no ha sido ajena la provincia de Murcia, que ha contado con sus propias Manadas. Un perfil de los violadores grupales ha sido elaborado por encargo del Ministerio del Interior entre varias universidades españolas en un trabajo conjunto. Las conclusiones de este informe se extraen del análisis de atestados elaborados por las Fuerzas de Seguridad para establecer perfiles que ayuden en investigaciones de todo tipo de violaciones. Del análisis de las pautas generales se pretende conocer cómo suele actuar este tipo de delincuente.

LOS PERFILES

Según el citado estudio, los violadores grupales se suelen concentrar en entornos rurales y son personas jóvenes, de una media de unos 25 años de edad. En estos delitos hay una presencia menor de los agresores españoles (31%) frente a los de otras nacionalidades. Cuando son extranjeros proceden mayoritariamente del norte de África (22%) o Rumanía (15%). Los implicados no suelen contar con antecedentes policiales y, cuando los tienen, no son por delitos sexuales. Las mujeres que ejercen la prostitución tienen hasta tres veces más la posibilidad de sufrir la agresión de estos violadores grupales, según constata este estudio. En este apartado, desciende el número de víctimas de origen español frente a las de otros zonas geográficas, como Sudamérica, el Magreb, Europa del Este y otros países de África.

Estos grupos suelen actuar en días festivos o durante los fines de semana, mayoritariamente los sábados por la noche, en zonas públicas o espacios abiertos y cercanos a lugares de ocio.

En un 22% de los casos, las Manadas usan el engaño para acercarse a sus víctimas y frecuentemente emplean la violencia física o psicológica para consumar la violación. Es habitual que estos grupos utilicen vehículo para llegar hasta sus presas.

El perfil es muy diferente en el caso de los llamados violadores en serie, cuyas agresiones sexuales suelen quedarse generalmente en tocamientos o, incluso en tentativas. En su mayor parte, se trata de personas españolas de una media de edad de 30 años que suelen acumular una buena tanda de antecedentes por delitos de carácter sexual. Algunos pueden contabilizar hasta ocho arrestos. A la hora de actuar, lo hacen preferentemente en días laborables, durante la mañana o la tarde en espacios públicos o áreas comunes de edificios. Esta circunstancia suele facilitar el hecho de que las agresiones se queden en tentativas. De hecho, los ataques en la vía pública se corresponden como los más frecuentes entre los violadores que agreden a personas desconocidas.

El violador suele seleccionar a sus víctimas en espacios públicos, preferentemente en zonas urbanas, y por tanto con posible presencia de testigos. En estos casos, no suele haber consumo de alcohol o drogas ni por el autor ni por la víctima. No ocurre igual en las agresiones sexuales cometidas en domicilios, donde el violador suele aprovecharse del estado de embriaguez de su objetivo para llevarle mediante engaños a un espacio cerrado y consumar la violación.

La media de edad del agresor sexual es de 35 años, aunque el mayor grupo de delincuentes sexuales sitúa en una horquilla que va desde los 18 a los 35 años. Con menos de esa edad, los agresores más jóvenes consuman las violaciones con penetración, mientras que de los 36 años en adelante este porcentaje disminuye.

En cuanto a las víctimas, la media es de 28 años, aunque el estudio puntualiza que son delitos que sufren personas de todas las edades (hasta los 87 años). En más de la mitad de los casos, fueron abordadas a menos de un kilómetro de su domicilio. Tampoco el agresor suele recorrer más de esta distancia para actuar, aunque el rango acostumbra a ser mayor cuando el sospechoso tiene más edad y usan vehículo para desplazarse para actuar en zonas alejadas a las de su propio domicilio y así garantizar la impunidad. En España, sólo se esclarecen un 51% de los casos cuando entre agresor y víctima no existe ningún tipo de relación previa. La mitad de los hechos se producen por la noche o por la tarde en condiciones de baja o nula iluminación. En cuanto a la época del año, son los meses más próximos a la época veraniega cuando se producen más casos, entre junio y septiembre.

LAS DENUNCIAS AUMENTAN TRAS LA SENTENCIA DE LA MANADA

A raíz de conocerse la polémica sentencia que condenaba a los cinco integrantes de La Manada por abusos sexuales y no por violación, las denuncias por agresiones sexuales se dispararon en la Región, según indicaron desde los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad. Por ejemplo, apenas unos días después de hacerse pública la resolución judicial, una mujer se presentaba en el cuartel de la Benemérita de Los Alcázares para denunciar que su hija, de 15 años, estaba siendo víctima de abusos sexuales. Su propio padre se estaba sobrepasando con ella y la había llegado a forzar en, al menos, cuatro ocasiones. No es que antes no llegasen denuncias por abusos o violaciones: es que en esos últimos días llegaron más.