Le queda algo más de un año para cumplir los 70 años y jubilarse. Es Manuel Hernández Córdoba, catedrático de Química Analítica de la Universidad de Murcia y desde mayo pasado académico numerario de la Academia de Ciencias de la Región de Murcia.

Es docente e investigador de la Facultad de Química, uno de los centros, si no el que más, que tiene más envejecida su plantilla. Una situación que es complicada de revertir.

«El problema afecta tanto a la investigación como a la docencia, porque en ambos casos se necesita tiempo para formarse y si no entra gente joven los departamento tendrán problemas», apunta quien dirige un grupo de trabajo de excelencia sobre Métodos Instrumentales Aplicados de la UMU.

Hernández Córdoba sentencia: «El envejecimiento es un hecho, una realidad biológica inevitable, por lo que las autoridades deben poner en marcha medidas para subsanar los problemas en las plantillas».

El catedrático destaca que tiene la fortuna de que en su equipo hay personas que pueden tomar el relevo cuando se jubile, pero, «somos muy pocos y dentro de pocos años, si no se remedia la situación actual, puede haber un problema».

Y lamenta que no les es posible nutrirse de investigadores jóvenes porque cada vez hay menos becas, y que la tasa de reposición congelada por la crisis tampoco ha ayudado.