La legislación española sobre la matanza de animales se ampara en el Reglamento nº 1099/2009. Se trata de una directiva europea que regula, entre otros aspectos, la protección de los animales en el momento de la matanza.

El objetivo de esta normativa (que se desarrolló en España mediante el Real Decreto 37/2014) es garantizar que «se evite cualquier dolor o sufrimiento innecesario, basándose siempre en la última información científica disponible».

Así, el sacrificio de animales como el cordero se debe realizar en establecimientos y con personal autorizado, pues está prohibido en viviendas particulares o en dependencias comunes de edificios. Tampoco se permite en lugares públicos.

Esta es una normativa que recuerdan frecuentemente los ayuntamientos y las autoridades sanitarias cuando se celebra la Fiesta del Cordero (Eid al-Adha), el festejo más importante del mundo musulmán.

Tras su aprobación en España, esta regulación ha permitido que cada vez sean menos las personas que deciden sacrificar los corderos en sus domicilios privados.