Andrés, vecino de Puente Tocinos, se enchufa un cigarro mientras conversa con Eva, su mujer. «Observamos el percal», dice mientras se acomoda en un banco de la plaza, expectante. «Estamos curioseando el ambiente». No todos los días viene el presidente del Gobierno al pueblo. Centenares de personas entran en la carpa del Recinto Ferial y buscan un asiento. El aforo, con capacidad para 1.300 asistentes, se va completando. En la entrada, vigilante, se sitúa Jordi Arce, secretario de Organización, que, haciendo gala de su cargo, ayuda y 'organiza' a todos los que se adentran en la carpa. Una mujer pregunta a un joven si tiene una bandera socialista. «Que nadie se quede sin su banderita».

Fuera, junto a los cinco autobuses aparcados, atruenan las sirenas. No proceden del dispositivo policial, bastante amplio, sino de un grupo de agentes que protesta por la equiparación salarial. A su lado, tres jóvenes despliegan una pancarta pidiendo 'elecciones ya' y una comitiva de funcionarios de prisiones grita sus consignas. También se acercan miembros de la Plataforma de Afectados de iDental, que paran a todo el que pueden para explicarle sus demandas.

Un mitin es también un lugar de reencuentros. El otrora secretario general del PSOE- PSRM, Rafael González Tovar, se funde en abrazos con sus colegas. Han acudido casi todos los diputados regionales, salvo la presidenta de la Asamblea Regional, Rosa Peñalver, y casi todos los alcaldes socialistas (exceptuando la cartagenera Ana Belén Castejón y la aguileña Mari Carmen Moreno, bajas por «asuntos personales»). También se encuentran los diputados en Madrid María González Veracruz y Pedro Saura.

A las doce y veinte suena el himno del PSOE. Acaba de aparecer Pedro Sánchez. Procede del aeropuerto de Corvera, donde ha llegado desde Gran Canaria en un vuelo privado, alquilado por el partido. Entra acompañado por José Antonio Serrano y Diego Conesa, quien pide perdón a los asistentes que se han quedado fuera de la carpa. No hay sitio para todos, y se tienen que conformar con ver el acto de pie. Hasta su llegada al atril, Sánchez hace el pasillo del político: besos, saludos, abrazos y más besos. Nadie se quiere perder la oportunidad de saludar al presidente.

Toma la palabra la presidenta del PSRM, Teresa Rosique. Las sirenas suenan. Rosique piropea a José Antonio Serrano. «Nos conocemos de hace muchos años: tienes sólidos principios de izquierdas, con un trato personal muy templado y acostumbrado a situaciones límite», en referencia a su profesión, jefe de Urgencias del Morales Meseguer. Rápidamente invoca los temas que dominaron el mitin: la crítica a las políticas del PP («en 24 años no han sabido resolver las desigualdades») y el cambio en la Región («Murcia no huele aún a azahar, pero sí huele a cambio»).

El acto «es un chute de socialismo», define Rosique. Es el momento de hablar del agua: reprocha los «recortes del grifo cuando gobernaba Aznar y los once meses sin trasvase del Tajo-Segura cuando gobernaba Rajoy», porque «en materia de agua sobran las mentiras del PP» y exclama: «Cuando gobierna el PSOE, a Murcia no le falta agua, ni le va a faltar, ¿verdad, presidente?». Rosique levanta los mayores aplausos del día. Sobre todo cuando da las gracias a Pedro Sánchez por «sacar del Gobierno de España al PP, condenado por corrupción».

«Y qué digo yo ahora, Teresa», espeta Conesa en su turno. El candidado a la Presidencia saca a relucir una de sus marcas registradas: «A la política le falta pedagogía». «Tenemos que comunicar mejor lo que hacemos para recuperar la credibilidad perdida». Habla ahora Serrano, es el anfitrión. Es su primer gran mitin y lo pronuncia en la pedanía en la que nació y reside. «Me siento motivado y conmovido», afirma. «Me voy a dejar la piel». Cita a los anteriores alcaldes de Murcia del PSOE y tiene un recuerdo para su padre. El último en intervenir es Pedro Sánchez, que rememora su época de aspirante a la Secretaría General del PSOE, en 2015, cuando «buscaba cobijo» por todos los municipios y Conesa le «abrió las puertas» de su casa. «Me salían las piernas en la cama de su hijo».