La primera visita de Pedro Sánchez a la Región de Murcia desde que ocupa la Presidencia del Gobierno se saldó con un mitin en el que reivindicó su gestión al frente del Ejecutivo central, enarboló la defensa del feminismo y cargó contras las políticas de la derecha, que tildó de «radical y decadente y sumida en la corrupción», pero apenas profundizó en los temas propios de la Región de Murcia, como el Mar Menor o los trasvases.

El líder socialista, que arropó en Puente Tocinos a José Antonio Serrano en su puesta de largo como candidato a la Alcaldía de Murcia, tan sólo hizo mención en su discurso -que duró 20 minutos- al soterramiento de las vías del tren de Murcia -señaló a Pedro Saura como artífice-, al abastecimiento del agua -«las políticas de agua garantizan el suministro a todas y cada una de las regiones de nuestro país, especialmente en la Región»- y al impulso al autoconsumo y la supresión del 'impuesto al sol': «Me acuerdo de mi visita a Jumilla y de los huertos solares; me acuerdo de la causa de muchas familias de Murcia que se endeudaron y que ahora ven una oportunidad para recuperar sus inversiones».

El socialista, no obstante, elogió el «compromiso feminista» de la presidenta del PSOE-PSRM, Teresa Rosique -que abrió el acto-, y tuvo palabras de apoyo para Serrano y también para Diego Conesa, que también intervino en el mitin. Sánchez nombró a los predecesores de Conesa en la Secretaría General del PSRM, Rafael González Tovar y Pedro Saura. «No me quiero olvidar de ellos», dijo.

«Tenemos una oportunidad histórica para derrotar a la derecha y producir un gobierno de cambio», proclamó Sánchez. «No podemos quedarnos parados, nos jugamos mucho en mayo», arengaba antes de llamar a la movilización de jóvenes y mayores para tener en mayo la «España que queremos». Le escuchaban más de un millar de militantes y simpatizantes (el aforo, que se completó, era de 1.300 asistentes), presentes en el Recinto Ferial de Puente Tocinos, y otro centenar de personas que contemplaron el mitin desde fuera de la carpa.

El discurso tuvo una lectura nacional. Sánchez expuso su modelo de patriotismo: frente a quienes «hablan de patriotismo y gritan 'viva España' para enfrentarla, nosotros decimos que ser patriota es trabajar todos los días para que en España se viva mejor». Y añadió: «Que viva España, sí, pero no enfrentada como quieren las tres derechas, sino unida a la igualdad entre españoles y a la diversidad territorial de nuestro país», alegaba, arrancando la ovación de los presentes. «Algunos quieren renovarse dando pasos atrás», recriminaba, en un dardo implícito a la convención nacional del PP. Y recalcó que sólo hay una vía moderada: «Si uno mira los discursos de los líderes políticos, el espacio de la moderación y el sentido común en nuestro país lo representa el PSOE».

Planteó además que vivimos «una gran encrucijada»: «Tenemos que decidir si queremos prosperar o queremos involucionar», reflexionó antes de cargar: «La derecha española siempre ha llegado tarde al aborto, al divorcio, a la ley del matrimonio de las personas del mismo sexo, a la Constitución... Llegaban siempre tarde y a rastras, y mal. ¿Cuál es la diferencia entre antes y ahora? Antes, al menos, llegaban. Ahora no quieren ni llegar, quieren volver a su peor pasado».

El feminismo fue otro eje del discurso: muchos «están confundidos», pues «quienes en el siglo XXI tratan de expulsar a la mujer de la vida política serán expulsados de la vida política», exclamaba al tiempo que subrayaba que mientras «haya alcaldes y presidentes socialistas habrá gobiernos feministas que defiendan los derechos de las mujeres».

El secretario general del PSOE sacó pecho de su labor al frente del Gobierno: «En siete meses hemos hecho más por la justicia social que el anterior Ejecutivo en siete años», señalaba, enumerando los logros de su Ejecutivo. También defendió los Presupuestos Generales del Estado, alegando que «votar 'no' es decir 'no' a las mejoras del Estado de Bienestar». El rechazo a estas cuentas, agregó, es «votar 'no' a la revalorización de las pensiones, a la supresión del copago farmacéutico y al aumento de becas».