Es una práctica común y la idea es que trae buena suerte. Se trata de los tradicionales Arcos de agua en aviación, que ayer por la mañana hacían los bomberos al primer avión que aterrizaba en el aeródromo nuevo de Corvera. Cuando una aeronave aterriza o despega por primera vez de un aeropuerto, se le hace este ritual: un chorro de agua que rodea al avión. Para que tenga fortuna.

Tres tripulantes de cabina originarios de la Región de Murcia pilotaron el FR1824 que llegó a este aeropuerto, con capacidad para cuatro operaciones a la hora, que espera mejorar las cifras de viajeros del de San Javier, clausurado ya, que acabó 2018 con 1,2 millones de usuarios.

En concreto, se pusieron a los mandos de la aeronave Carlos Soriano (primer oficial), Pablo Pérez Cuadrado (comandante) y Borja Cárceles (también primer oficial, que quiso acompañarles). Eran los últimos en bajar de la cabina y recibían felicitaciones.

«El vuelo ha ido muy tranquilo, completamente normal», explicaba luego Soriano, de 25 años de edad y natural de Yecla.

«Ha sido un placer. Un placer, un orgullo muy grande», reiteraba el joven, que pidió expresamente ir en este vuelo. Le hacía ilusión. La aerolínea tendrá nueve rutas de verano: Birmingham (4 vuelos semanales), Bournemouth (4 vuelos semanales), Dublín (1 vuelo diario), East Midlands (1 vuelo diario), Glasgow (2 vuelos semanales), Leeds Bradford (2 vuelos semanales), Londres Luton (1 vuelo diario), Londres Stansted (10 vuelos semanales) y Manchester (6 vuelos semanales).