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Son muchas las definiciones de bienestar animal pero la mayor parte de las mismas coinciden en que este concepto incluye dos elementos fundamentales: por una parte, la salud física de los animales y, por otra, su estado emocional.

Hablamos, según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), de un tema complejo en el que intervienen aspectos científicos, éticos, económicos, culturales, sociales, religiosos y políticos, y en el que, además, la sociedad está cada vez más interesada.

Con este contexto como decorado, la OIE se ha encargado desde su fundación de elaborar normas intergubernamentales sobre sanidad animal.

Las primeras se publicaron en 2005 pero la lista continúa creciendo. En la actualidad, estas reglas abordan aspectos de bienestar animal relacionados con los sectores clave de animales terrestres y peces de cultivo, y se actualizan periódicamente con arreglo a los avances científicos.

Las normas de la Organización Mundial de Sanidad Animal se adoptan a partir del consenso de la Asamblea Mundial de Delegados Nacionales de la OIE, circunstancia que significa que todos los Países Miembros se comprometen a aplicarlas con independencia de sus particularidades culturales o situaciones económicas.

Según el Código Sanitario para los Animales Terrestres de la OIE, «el bienestar animal designa su estado físico y mental en relación con las condiciones en las que vive y muere». Los principios de la Organización también mencionan las populares 'Cinco Libertades' (de hambre, de sed y desnutrición; de miedos y angustias; de incomodidades físicas o térmicas; de dolor, lesiones o enfermedades, y de expresar las pautas propias de comportamiento), publicadas en 1965 para describir el derecho al bienestar de los animales que están bajo el control del ser humano.

La OIE considera que, al igual que las relativas a la sanidad animal y a la inocuidad alimentaria, las normas sobre bienestar de los animales deben basarse en principios científicos claros, centrándose en los resultados obtenidos en la especie en cuestión y teniendo como objetivo mantener la salud como base del bienestar. Ello ha conducido a que la Organización fortalezca su red internacional de expertos en la materia, y que constituya grupos sobre bienestar animal e incluya nuevos centros colaboradores.