Mediante actividades lúdicas y creativas, como la fabricación de coches con materiales reciclados y que funcionan con energía eólica, una veintena de menores atendidos por Cruz Roja trabajaron la importancia del respeto al entorno y la necesidad de ser consumidores responsables en unos talleres de reforestación y reciclaje organizados por la Fundación Trinitario Casanova.

La jornada también incluyó la creación de bolas de Nendo Dango, también conocidas como Bombas de Vida, que no son más que bolas de arcilla mezcladas con semillas que se lanzan al terreno para contribuir a la reforestación. De este modo, además de frenar la erosión y desertificación del suelo en épocas de aguas torrenciales, la actividad contribuyó al incremento de masa vegetal, fundamental para frenar el cambio del clima gracias a su capacidad de almacenamiento de grandes cantidades de carbono. Y es que según estudios realizados por Greenpeace, la deforestación, junto con los cambios de uso de la tierra, es responsable de una quinta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero del planeta.

Durante todo el año, y de forma mensual, la Fundación Trinitario Casanova organizará estas jornadas destinadas a menores en situación de vulnerabilidad social y centradas en el cuidado del entorno y la sensibilización medioambiental. La actividad se enmarca en el programa de sensibilización medioambiental que la institución viene desarrollando desde su creación hace poco más de cuatro años, y se centra, además, en los colectivos más desfavorecidos, puesto que está dirigida a asociaciones, ONG’s o fundaciones que trabajan con menores procedentes de entornos desfavorecidos o en riesgo de exclusión social. En esta ocasión, los participantes han sido menores tutelados por la Comunidad Autónoma y que viven en pisos de acogida gestionados por la asociación Nuevo Futuro.

Aprendizaje en plena naturaleza

El entorno elegido por la Fundación es el centro medioambiental de Fuente de Columbares, un lugar privilegiado situado a 10 kilómetros del casco urbano. Se trata de un paraje con 50.000 metros cuadrados y de enorme valor natural, incluido en la Zona de Especial Protección de Aves de ‘El Valle y Sierras de Altaona y Escalona’, formando también parte de la Red Natura 2.000 de espacios europeos protegidos.