Ocurría sobre las seis de la tarde. El escenario, uno de los módulos destinados a mujeres de la cárcel de Campos del Río, la más grande de la Región de Murcia. Cuando varias reclusas salían del baño, una de ellas daba la voz de alarma a los funcionarios: había sufrido un ataque por parte de cuatro compañeras. Y no la habían golpeado: la habían agredido sexualmente, tal y como indicaron fuentes cercanas al caso.

El suceso, que tuvo lugar hace una semana, ya ha de estar en manos de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, que se encarga de abrir una investigación, como cada vez que ocurre algo en el interior de una penitenciaría española, para esclarecer qué pasó.

De momento, una de las presuntas atacantes ha sido cambiada de módulo, tal y como añaden las fuentes.

Momentos después del ataque, la víctima, de mediana edad, fue reconocida por el médico de la prisión, que confirmó que presentaba lesiones en su zona genital compatibles con el ataque que ella describía.

Según relató luego la reclusa, cuando estaba en los aseos fue abordada por cuatro compañeras, que la agredieron sexualmente. En concreto, introdujeron la mano en su vagina. Además, aseguró la víctima, estas mujeres trataron de obligarla a defecar en una bolsa, con el fin de corroborar si llevaba estupefacientes en su organismo.

Y es que, según apuntaron fuentes cercanas al caso, una deuda por un asunto de drogas estaría detrás del ataque sufrido por la reclusa, una mujer que también sería consumidora de estupefacientes.

La víctima fue atendida por los sanitarios de la misma prisión y no precisó ser llevada a un centro hospitalario. Continúa cumpliendo su condena en la penitenciaría.

Fuentes próximas aseguraron que las agresiones sexuales no son algo habitual en las cárceles murcianas. Sí lo son los golpes. De hecho, ayer mismo, en la cárcel de Sangonera se producía otro episodio de los tantos que vienen denunciando funcionarios de prisiones desde hace demasiados meses.

Todo comenzó cuando un interno dijo sentirse mal y pidió ser trasladado a la enfermería, para recibir asistencia sanitaria.

Una vez allí, el recluso comenzó a mostrarse agresivo. Tanto que empezó a golpear una ventana, hasta que rompió el cristal, apuntaron fuentes próximas.

Con los cristales en las manos, el reo amenazó de muerte a varios funcionarios que se encontraban presentes. «Os voy a matar», les decía.

Finalmente, los profesionales lograron reducirlo. El hombre fue llevado a una celda de aislamiento, como suele hacerse en estos casos. Se trata de un preso que cumple condena por robos.

Vuelven las movilizaciones

Consultadas por esta redacción tras este último suceso, desde la la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip) vuelven a recordar la falta de personal y de medios materiales que vienen sufriendo las cárceles de la Región, y que dan lugar a este tipo de situaciones.

Asimismo, lamentan la falta de diálogo y negociación del actual Gobierno del socialista Pedro Sánchez, el cual tiene «muy buenas palabras y muy malos hechos», dado que únicamente «promete diálogo y negociación, cuando, a la hora de la verdad, lo único que hace es imponer su criterio de la forma más caciquil que existe».

Los funcionarios de prisiones volverán a salir a la calle en breve: la semana próxima, detalla Acaip, comienzan movilizaciones en toda España que se prolongarán hasta finales del próximo mes de febrero. Prevén volver a encadenarse en el edificio del Ministerio.