La Región de Murcia no ha registrado un descenso en las coberturas vacunales de los niños, a pesar de que en el conjunto nacional los denominados 'antivacunas' van en aumento, aunque no "alarmante".

Así lo ha trasladado el director general de Salud Pública y Adicciones de la Consejería de Salud, José Carlos Vicente, que ha precisado que la cobertura de las vacunas infantiles es similar al de otros años.

No obstante, ha advertido que si este movimiento 'antivacunas' "se elevara mucho se pondría en riesgo la salud de todos, tanto niños como adultos, ya que la vacuna protege individualmente y también en términos globales". "Si no se vacuna, el riesgo para el resto de la población es muy importante", manifiesta.

Este movimiento 'antivacunas' en la Región "no es significativamente importante, ya que tenemos coberturas que en la mayoría de las vacunas supera el 90 y el 95 por ciento". A nivel global, dice, "se observa este movimiento, sobre todo, en algunos países europeos".

José Carlos Vicente ha hecho referencia a un estudio que realizó el pasado año R. Piñeiro, publicado en la revista Anales Pediátricos, en el que se advertía que "el mayor colectivo de padres que están incluidos en el colectivo 'antivacunas' tiene estudios".

En concreto, según el estudio, el 65 por ciento tiene estudios universitarios, frente a un 35 por ciento que no. De ese 65 por ciento, el 35 por ciento son diplomados, el 25 por ciento licenciados y un 5 por ciento doctorados.

El perfil responde, según Vicente, a padres que en el 100% de los casos están a favor de la lactancia materna prolongada, superior a los 24 meses y hasta que el niño quiera.

Asimismo, un 95 por ciento son favorables a la homeopatía infantil, un 80 por ciento son cercanos a la naturopatía, un 65 por ciento siguen dietas no tradicionales para sus hijos y un 50 por ciento es muy receloso del uso de los antibióticos.

Este movimiento 'antivacuna' justifica su decisión porque, según el 100%, "existe mercurio en las vacunas", además de que un 90 por ciento "tiene miedo a que puedan desarrollar autismo" los niños.

Asimismo, un 85 por ciento cree que las vacunas contienen aluminio, un 80 por ciento que no aporta ningún beneficio la vacuna y que no disminuye la aparición de las enfermedades infantiles.

Cuando se les muestra la realidad, en la que se constata que desde que los niños se vacunan se han erradicado enfermedades como el sarampión, este movimiento 'antivacuna' lo achaca a una mejora en las condiciones higiénico-sanitarias y no por las vacunas.

Igualmente, un 75 por ciento no vacuna a sus hijos porque "alteran el sistema inmunitario y baja la protección natural", algo que el director general de Salud Pública de Murcia ha rechazado, ya que, al contrario, "lo incrementa".

Un 70 por ciento no vacuna a sus hijos porque "existen conservantes", un 65 por ciento porque tiene miedo a la anafilaxia o parálisis neurológica, entre otros casos, un 60 por ciento piensa que las vacunas son un negocio en el que incluyen a los pediatras en un 35 por ciento de los casos, el 45 por ciento cree que son medidas imperativas de las autoridades sanitarias, y un 10 por ciento tiene miedo a efectos secundarios leves. Sin embargo, ninguno de ellos alega motivos religiosos, cosa que sí ocurre en otros países.

El director general de Salud Pública considera que este tipo de grupos o movimiento se alimenta de la falta de información y de la información errónea, "que no está ajustada a la realidad de las vacunas en cuanto a la composición, los efectos, los posibles efectos indeseables o secundarios, que son mínimos".