Un 21% de los jóvenes hace «un uso compulsivo del teléfono móvil», razón por la cual la Consejería de Salud ha distribuido entre ayuntamientos de la Región y asociaciones un decálogo para reducir la dependencia de este dispositivo.

El objetivo de este manual es fomentar el empleo racional de la tecnología, controlando los excesos y limitando su utilización. El director general de Salud Pública y Adicciones, José Carlos Vicente, ha explicado que con estos consejos se trata de «proteger y enseñar otras alternativas de ocio que no dependan de estos aparatos, que pueden llegar a ser adictivos, para que se empleen de forma correcta y solo el tiempo necesario».

Vicente apunta que «la población menor edad es la más sensible en lo que respecta a este tipo de dispositivos y teniendo en cuenta que se encuentran en una etapa de su vida en la que el aprendizaje es fundamental, se trata de racionalizar la utilización de un elemento de nuestra vida cotidiana que es necesario, pero que resta horas de estudio y de descanso».

El folleto invita a fomentar las relaciones personales y emplear el teléfono solo cuando sea necesario, además de establecer horarios a fin de dosificarlo para poder dedicar concentración plena a cualquier actividad que se realice.

Además, aconseja mantenerlo apagado toda la noche, para respetar las horas de descanso propias y de los demás, y durante las horas de clase y estudio. En este sentido, recuerda que dejar el móvil en casa a veces hace disfrutar más de lo que se tiene alrededor.

Otro de los aspectos en los que incide es en la protección de la intimidad, para que los jóvenes eviten compartir fotos y datos con extraños, así como adoptar un espíritu crítico que permita plantearse si toda la información que se busca y se recibe en el móvil es correcta. Además, Salud recuerda los teléfonos antes casos de bullying para que los jóvenes alerten ante cualquier caso que conozcan y que se da, en muchos casos, a través de las nuevas tecnologías.

La Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (Estudes) del Plan Nacional sobre Drogas, publicada en marzo de 2018, refleja que entre los jóvenes entre 14 y 18 años ha aumentado hasta el 21 por ciento los que reconocen hacer un uso compulsivo del móvil, lo que supone un 4,6 por ciento más que en la anterior edición (2016).

En la última de estas encuestas a nivel nacional se advierte una mayor prevalencia entre las chicas (23,8 por ciento) que entre los chicos (18,3 por ciento). A los 16 años es cuando se presentan las cifras más altas en el uso compulsivo de Internet, con un 22,3 por ciento.

El abuso del teléfono, la ansiedad que produce no consultar el dispositivo con frecuencia, o el miedo a salir de casa sin el móvil y el aislamiento de las personas del entorno para prestar más atención al teléfono, son algunas de las señales que pueden constituir un factor de riesgo para caer en un problema de adicción.