El presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura, Lucas Jiménez, tiende la mano a los pueblos ribereños «para trabajar juntos», porque, si se aumentan los caudales circulantes del río Tajo «sin causa justificada», lo padeceremos «tanto las poblaciones del Levante como los pueblos ribereños porque esos embalses bajarán sus volúmenes», dice. Con el agravante «de que no sería ya posible reclamar, conjuntamente, infraestructuras con cargo a la tarifa que actualmente paga el Levante en concepto de trasvases».

Según Lucas Jiménez, «es hora de tender puentes y evitar disputas provocadas por la política» y «empezar a entendernos porque muchas de las batallas que debemos afrontar podemos afrontarlas conjuntamente».

Al nuevo año también pide dar por bueno que la decisión de noviembre del Ministerio de Transición Ecológica «fue un error» y que «sustantiven bien sus decisiones» y no se encuentren los agricultores con la zozobra, como en noviembre, de que aunque había reservas suficientes en la cabecera del Tajo, no se aprobara un trasvase mínimo de 12,5 hectómetros cúbicos «una cifra ridícula en comparación con los volúmenes que se mueven en el resto del país», señala.

Así Jiménez espera que el 2019 traiga lluvia, «continúen las aportaciones, que la cuenca del Tajo y del Segura se recuperen y un contacto de trabajo productivo con los pueblos ribereños».

El presidente del Scrats asegura que el arranque del año será bueno porque «los Reyes nos traerán Nivel 2 y posiblemente también para febrero» aunque «en el saco de sus Majestades irá un poco de inquietud por saber qué va a decidir el Ministerio cuando entremos en Nivel 3», todavía con la cabeza puesta en la decisión de noviembre, temiendo que se vuelva a repetir.

En este sentido, recuerda que el Sindicato pidió las actas de esa decisión, «a las que tenemos derecho», y que aún no les han sido facilitadas, por lo que Lucas Jiménez avanza que se las solicitarán directamente a la Secretaria de la Comisión Central de Explotación.