La FREMM y el Centro Tecnológico se han unido para constituir una fundación que aspira a servir como trampolín de la innovación a las pequeñas y medianas empresas del sector con el fin de que se incorporen a la nueva revolución industrial impuesta por la digitalización y la implantación de las nuevas tecnologías.

La patronal del Metal y el Centro Tecnológico creado en 2002 para atender las necesidades de innovación de la industria pretenden ofrecer los soportes tecnológicos, la formación y el asesoramiento necesario para ayudar a las empresas que por sí mismas no pueden realizar el salto hacia la ‘Industria 4.0’, según explicaba el presidente de la FREMM, Alfonso Hernández Zapata.

El objetivo es adelantarse a los cambios que van a producirse en los próximos años para evitar que los sistemas de fabricación utilizados en las empresas y en los talleres queden obsoletos y abran la puerta a compañías del exterior que aguardan su oportunidad para colarse en nuevos mercados. «El que en diez años no dé el salto a la digitalización desaparecerá», asegura.

Este proceso requiere, a su juicio, la renovación tecnológica de las empresas, pero también la preparación de los trabajadores para desempeñar las labores que deberán asumir a partir de ahora. En este sentido, el presidente de la FREMM recordaba que solo se mantiene «el 1% de los trabajos que había hace cien años, porque el 99% restante ha cambiado».

Alfonso Hernández destacaba, además, «el carácter transversal» de la industria del metal, cuyo desarrollo tecnológico está ligado a los avances y las innovaciones que llegan al resto de sectores tradicionales de la economía regional, como la industria conservera, que tiene especial protagonismo en las exportaciones.

La transferencia tecnológica a las empresas y la mejora de la competitividad serán los principales cometidos de la Fundación Excelem.

Por su parte, el presidente del Centro Tecnológico, Matías Garrigós, apuntaba que la renovación tecnológica no se limita exclusivamente a la incorporación de nuevas máquinas, sino que también exige la introducción de sistemas de trabajo y de organización de las funciones que desarrolla cada persona dentro del engranaje interno de cada empresa.

La iniciativa, que cuenta con el respaldo del Instituto de Fomento, se plasmará en las próximas semanas en la constitución de la Fundación Excelem, cuya misión es acercar a las 2.500 empresas asociadas a la FREMM las posibilidades que ofrece un centro que es considerado un referente en España y en Europa.

El Centro Tecnológico del Metal, que cuenta con una plantilla de 40 personas y da servicio a más de 800 usuarios, aporta a la fundación 6.000 metros cuadrados de laboratorios dedicados al desarrollo de los proyectos de I+D+i que ponen en marcha compañías de toda España. En sus instalaciones se realizan todo tipo de experimentos para calibrar la resistencia y la respuesta de los materiales empleados en la industria con el fin de garantizar su correcto funcionamiento.

Según explicó Matías Garrigós, el centro dispone además de un laboratorio de metrología y calibración, «que es considerado un referente en el Arco Mediterráneo. Su función es asegurar que un kilo pesa un kilo y que un metro mide un metro», dado que en la industria cualquier desviación en el peso o la medida, por mínima que sea, acaba teniendo consecuencias funestas en el resultado final.

También está acreditado oficialmente como Centro de Inspección de Equipos de Respiración Autónoma, en el que se prueban los equipos utilizados por «el 65% de los parques de bomberos de toda España».

El laboratorio del fuego también es un referente en España y en Europa. Dado que la mayor parte de la industria de los extintores de todo el país se encuentra en la Región y que la propia patronal nacional tiene su sede en la FREMM, el Centro Tecnológico cuenta con una nave destinada a la realización de pruebas de resistencia al fuego de los materiales y de los equipos utilizados en las labores de extinción.

Una nave del fuego única en España

El liderazgo que la industria de los extintores ha tenido en la Región desde sus inicios tiene su reflejo también en el Centro Tecnológico del Metal. Desde su creación, cuenta con una ‘nave del fuego’ en la que empresas de toda España dedicadas a la fabricación de extintores y de productos destinados a la prevención y control de incendios ponen a prueba los materiales que utilizan para medir su resistencia al calor y a las llamas.

La nave del fuego es una instalación aislada del resto de las dependencias que funciona como un laboratorio en el que es posible estudiar la efectividad de los extintores ante un fuego real, así como la capacidad de respuesta de los equipos sometidos a altas temperaturas. Está construida con unas características especiales para garantizar la seguridad de los ensayos, cuyos resultados son determinantes para la industria, dado que permiten garantizar las acreditaciones oficiales a las empresas fabricantes de extintores. El laboratorio del fuego es uno de los dos más importantes de toda Europa.