«Señor agente, vengo a denunciar que me han robado la droga que tenía para vender yo». Dado que no es precisamente común escuchar esta frase en una Comisaría, los 'vuelcos' quedan siempre sin castigo. No se persiguen. Para quienes los practican, se trata de un 'negocio' muy atractivo, señalan fuentes policiales, dado que estos robos nunca se denuncian.

A nivel nacional, la denominada operación 'San Bull', en octubre de 2008, fue la primera gran operación policial que se realizó en España contra bandas especializadas que asaltaban a narcos, lo que se llama en el argot policial un 'vuelco'.

Este mismo mes de diciembre, en la Región, la Benemérita daba caza a dos delincuentes a los que se buscaba desde hace más de hace un año, 'El Lolo' y 'El Buli'. Caían en su pueblo, Alguazas, donde antaño fueron colegas de José T. C. 'El Paletas', el joven que se encuentra en prisión provisional por matar a tiros a un vecino en Año Nuevo.

Entre los numerosos delitos que se atribuye a 'El Lolo' y 'El Buli' está precisamente el de hacer 'vuelcos'. Y es que, apuntan fuentes policiales, esta práctica no es precisamente algo típico de grandes bandas organizadas: es más bien propia de rateros y narcos de poca monta que quieren quitarle el material a otro. Y se lo quitan. Así tienen ellos la droga gratis, y pueden obtener dinero si la ponen a la venta.

A este respecto, el jefe de la Unidad Antidroga de la Guardia Civil, Antonio Corbalán, destaca que ha habido un repunte de la «violencia» que se emplea en los 'vuelcos'. Los ladrones «están utilizando, desgraciadamente, cada vez más armas». «Roban la mercancía y la ponen a la venta ellos en el mercado», precisa.

En la operación en la que cayeron 'El Buli' y 'El Lolo' se hallaron 417 dosis de heroína, 152 dosis de cocaína y 400 plantas de marihuana.