Laura Luelmo, de 26 años, fue abordada, brutalmente atacada y finalmente asesinada. En un primer momento se dijo que la joven desapareció cuando practicaba running en la serranía de Huelva. Aunque luego ya se descartó que no fue así, ya estaba en marcha la campaña de mujeres que reivindicaban su total derecho a salir a correr solas, sin que nadie las acose, rapte o viole.

Sin ir más lejos, en mayo ocurrió el crimen de Leticia Rosino. Esta joven, de 33 años, hacía ejercicio en las inmediaciones del pueblo zamorano de Castrogonzalo cuando fue abordada por un menor que trató de abusar de ella. Se resistió y el varón la mató a golpes con piedras.

Y en agosto, la alicantina Arantxa Gutiérrez, de 31 años, fue asesinada mientras corría por los alrededores del hotel de Costa Rica, donde se encontraba de vacaciones con su pareja.

'Te enseñan a no ir sola a los sitios oscuros en vez de enseñar a los monstruos a no serlo, ese es el problema'. Así rezaba uno de los últimos mensajes (de la cuenta @chiclett4u) a los que hizo RT en su perfil de Twitter Laura Luelmo. Tres mujeres corredoras de la Región de Murcia charlaron ayer con LA OPINIÓN. Reivindican su derecho a salir a hacer deporte tranquilas, sin que ningún desconocido las moleste. No quieren que el miedo las paralice y les impida seguir con su afición. Pero reconocen que no saben, en demasiadas ocasiones, dejar de tener ese miedo que quieren evitar.

«Salgo a correr por la mota del río, en Murcia, y casi nunca hay nadie. Alguna vez he pensado: 'madre mía, si alguna vez me pasa algo no se entera ni Dios'». Así se expresa Beatriz Ríos, médica y corredora que fue este año campeona de la sexta Running Challenge.

«Alguna vez sí que he visto a alguien raro, que se esconde», comenta Ríos, del Grupo Alcaraz. La mujer insiste, no obstante, en que ella sale «tranquila».

«Es verdad que mucha gente te dice: 'muchacha, cómo corres sola, no corras sola por el río, que he visto gente con pintas raras'», asevera esta doctora, que ejerce en Molina de Segura.

Ríos sentencia: «No tengo miedo». «¿Entonces qué? ¿No salimos?», se pregunta la deportista, que aún no ha tenido «ninguna experiencia rara» y «esperamos que siga siendo así». Aunque matiza que «por el hecho de ser mujer, a veces sales con miedo, a veces lo piensas». Y es que la deportista se ha visto en la coyuntura de que «te vas fijando en la gente, por si alguna vez tienes que hacer una descripción, de cómo va vestido» un sujeto en cuestión.

Precisamente en la mota del río, por donde salir a correr esta doctora, fue donde un hombre con antecedentes por delitos sexuales se abalanzó, el pasado mes de septiembre, contra una menor de edad que estaba practicando running por la zona y, presuntamente, intentó violarla. El individuo escapó y fue detenido enseguida por la Policía. El juez ordenó su ingreso en prisión provisional.

«Mientras los políticos no cambien las leyes, no se consigue nada», tiene claro Mar Gómez, otra corredora de la Región, de los Rajaos Runners Alcantarilla. Gómez ha vivido «el típico piropo que te sueltan» cuando va sola corriendo, algo que «te da risa», afirma. «Suelo correr sola y, cuando se me hace de noche, he llegado a sitios en los que yo misma me he dado la vuelta. Porque te puede salir alguien o porque puedes perderte», comenta.

Añade que «ayer (por el martes) salí a correr y la gente me miraba. Te miran en plan 'esta chica va sola, le puede pasar algo'. ¡Hasta aquí podíamos llegar, parece que iba en bolas corriendo! La gente está sensibilizada», dado lo reciente del caso de la joven maestra zamorana.

Gómez cree que «es una putada que no podamos salir solas» y es consciente de que «locos de estos (en referencia a criminales como Bernardo Montoya, asesino confeso de Laura Luelmo) ha habido y habrá hasta que no cambien las leyes». Tiene un recuerdo para los allegados de la profesora asesinada y lamenta que «dentro de unos días estaremos todos de Nochevieja y esa familia seguirá estando destrozada».

«No van a conseguir que deje de correr, por mucho que salga con miedo», recalca Gómez.

«Se me han llegado a parar coches cerca», confiesa, por su parte, otra corredora, Ana Isabel Cánovas. Trabajadora de Fundación Diagrama, Cánovas, una de las mejores corredoras por montaña de la Región, apunta que «cuando salgo a correr sola, estoy más cómoda por el monte que por la mota del río». «Hasta esto hemos llegado: tengo que seleccionar la zona para ir a correr. Ayer mismo (por el martes) me fui a la pista de atletismo porque el río no me da confianza sola», indica.

Y corre «pendiente de la gente que te puedes cruzar, porque nunca sabes las intenciones», lamenta. La solución, «hacer quedadas entre nosotras». Asegura que «es raro que alguien no te diga nada» al ver a una joven practicando atletismo sin compañía.

Según la última edición de la Encuesta de Hábitos Deportivos en España, elaborada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, el 26,7% de las mujeres españolas corren.