¿Cómo ven los agricultores autónomos el futuro de la agricultura de la Región? No son muy optimistas y temen que al igual que ha ocurrido en sectores ganaderos como el del porcino, se terminen convirtiendo en «comisionistas, integrados o tutelados» por las grandes empresas productoras y exportadoras.

«Estas empresas están aumentando su volumen, mientras que las pequeñas y medianas explotaciones son cada vez más inviables y deficitarias», apuntó ayer Miguel Padilla, presidente de la organización agraria Coag durante el balance del año 2018.

Por ello, ha «exigido» a la administración regional una política que apoye al modelo empresarial de este sector: las cooperativas. «Es la única posibilidad de salvarse», subrayó Padilla, añadiendo que el camino es que las cooperativas se aglutinen en unas pocas. «No pueden estar vendiendo 50.000 y comprando 2», dijo, subrayando que «si se sigue con la dinámica actual a la vuelta de diez años habrá una reconversión total, y pequeños y medianos agricultores quedarán pocos».

Mientras, el presidente de Coag en la Región calificó de «año de incertidumbres y preocupante», a 2018 por razones como el agua (el Trasvase Tajo-Segura y la desalación), la siniestralidad climatológica, los costos de la producción, la reforma de la Política Agraria Común (PAC), la despoblación en las zonas rurales más desfavorecidas, y la reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria (que no incluye la prohibición de venta a pérdida).

«Durante once meses estuvimos sin agua del Trasvase Tajo-Segura por la sequía, lo que nos impidió planificar las campañas con antelación suficiente, además de no tener recursos», recordó Padilla. En este sentido, dejó claro que a los agricultores no les vale el slogan 'el agua más cara es la que no hay', puesto que «no podemos abonarla a 60, 70 u 80 céntimos por metro cúbico; sería un disparate y una de las causas de que una explotación entre en déficit».

Recordó que Coag nunca ha demonizado la desalación, pero que esta debe ser pública y financiada de alguna manera para que los precios sean razonables.

En cuanto a los costes, Padilla lamentó que este año hayan subido entre un 20 y un 30% los fertilizantes y productos fitosanitarios, lo que repercute negativamente en la economía de las explotaciones; y que tampoco ha ayudado la alta siniestralidad provocada por la climatología. «El 2017/2018 va a ser un año récord: sequía, inundaciones, pedrisco, heladas... y el sistema de agroseguro no es bueno».

El presidente de Coag se mostró preocupado por que la reforma de la PAC se haya quedado pospuesta hasta que haya un nuevo gobierno en Bruselas tras las elecciones de mayo de 2019, y esperó que se pudiera modificar tanto los recortes directos previstos como el descenso en el porcentaje de cofinanciación que se incluyen en muchas partidas.

«Si del 63% que aportan ahora se queda en un 50%, y el resto lo tiene que aportar la Comunidad, sería una catástrofe para la Región», concluyó.