El expresidente de la Cámara de Comercio Pedro García-Balibrea sigue incluyendo el recinto ferial para la ciudad de Murcia que ha defendido a lo largo de sus veinte años al frente de la corporación entre las infraestructuras que le hubiera gustado ver acabadas. Ni la Medalla de Oro de la Orden de la Cámara de Comercio, Industria, Servicios y Navegación de España que recibió ayer como reconocimiento a la labor realizada a lo largo de estas dos décadas le hicieron olvidar el proyecto estrella que ha peleado casi en solitario, a pesar de la oposición de otros municipios que veían amenazada la viabilidad de sus ferias.

Tampoco ha podido olvidar las dificultades a las que ha tenido que enfrentarse la Cámara desde que en el año 2010 dejó de disponer de la financiación que aportaban hasta entonces las cuotas de los empresarios y tuvo que inventarse fórmulas para mantenerse a flote, aunque no pudo evitar los duros recortes y un ERE. Sin embargo, Pedro García-Balibrea también ha vivido la etapa más gratificante, durante la celebración del centenario y el traslado al palacete que ocupa entre la calle Sociedad y San Bartolomé.

El presidente de la Cámara de España, José Luis Bonet, que le entregó la Medalla de esta institución, aseguró que el expresidente «ha sido un referente para los empresarios de la Región y del resto de España» por su carácter reivindicativo y por ser «un firme defensor del sistema cameral».

Su sucesor, Miguel López Abad, le recordó como un pionero del asociacionismo empresarial, que formó parte de la patronal de la construcción desde sus inicios y que supo ver «la necesidad de hormigoneras que iba a tener Murcia antes que nadie».

El presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, le pidió que no se vaya del todo. «Su trabajo para la Región no ha terminado. Necesitamos más personas como él», dijo el jefe del Gobierno.