Ya lo dijo el consejero de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca cuando presentó los presupuestos de su departamento para 2019: «Es un sector estratégico y uno de los pilares de la economía regional». Estas palabras se referían a la industria agroalimentaria de la Región, a la que se destinan 20 millones de euros (casi 3 millones más que en el presente ejercicio), para la construcción de factorías o la mejora tecnológica de procesos, entre otras.

Los 10.000 agricultores profesionales se tendrán que conformar con 4,5 millones de euros incluidos en la partida de Planes de Mejora para modernizar las explotaciones agrarias. Una línea que, además, llevaba sin convocarse desde julio de 2012 (cuando todavía estaba vigente el anterior Plan de Desarrollo Rural, PDR, que acabó en 2013).

En esta línea, la inversión máxima subvencionable es de 25.000 euros (aunque el proyecto supere esta cifra), y las cuantías máximas que pueden llegar a cobrar los agricultores son de 10.000, 15.000 o 20.000 euros, en función de donde vivan (los que más, si residen en zonas de montaña y no tienen más de 40 años).

Esto, como mucho, comentan, es para una caseta de 'aperos'; ni siquiera compensa el papeleo para comprar un tractor.

Las comparaciones, que siempre son odiosas, en este caso lo son más, teniendo en cuenta que el Consejo de Gobierno de mediados de junio pasado dio luz verde a la concesión de una ayuda a siete empresas agroalimentarias de la Región que se reparten 20 millones de euros de subvención. Dos de estas empresas recibirán una ayuda de cuatro millones de euros cada una.

Cuando se aprobó el nuevo PDR (con 349 millones de euros para el periodo 2014-2020), la partida de Planes de Mejora para la modernización de las explotaciones agrarias se fijó en 27 millones de euros y 28 millones para la incorporación de jóvenes agricultores.

Pero se metió por medio la agricultura ecológica. En noviembre de 2015 la Consejería de Agricultura llegó a un acuerdo con las organizaciones agrarias para que se ampliaran los fondos destinados a este sector, duplicando las ayudas. Eran 15 millones más por año hasta 2019.

Este dinero 'extra' terminó saliendo de la línea que los agricultores tienen para la modernización de sus explotaciones, de esos 27 millones para gastar en cinco años. Y los agricultores autónomos han estado cinco años sin poder hacer uso de ese dinero.

La intención era que el recorte se repusiera con fondos propios de la Consejería. Pero nada de eso se ha hecho, reprochan desde el sector. Y se preguntan ¿qué clase de política agraria se hace en la Región? Y ¿por qué no compartieron otras líneas este incremento en las fondos para la agricultura ecológica?

En los presupuestos de Agricultura hay tres grandes bloques de ayudas: el pago directo de la Política Agraria Común (PAC), que tiene consignados 57 millones de euros en 2019, y que están al 100 financiados por la Unión Europea; el Plan de Desarollo Rural (PDR), con unos 50 millones de media al año (31,5 millones los paga Bruselas); y los Fondos Operativos destinadas a las organizaciones de productores (OPFH), 60 millones, financiados al 100% por Europa.

Es decir, que de los 170 millones del presupuesto de este año (un 5,6% menos que en 2018), alrededor del 30 por ciento del total (unos 52 millones) salen de las arcas de la Comunidad Autónoma.