Ocurría este mismo mes. Una joven de 24 años, con discapacidad intelectual, salía del baño de la estación de autobuses de Murcia llorando y contaba a su amiga, que la esperaba fuera, que la acababan de violar. Su diversidad funcional a nivel psíquico la había hecho más vulnerable.

El mes pasado, un hombre de 53 años era detenido en Alhama de Murcia acusado de abusar sexualmente de dos menores, hermanas, de 12 y 17 años, ambas con discapacidad intelectual.

Lo dicen las estadísticas: una de cada tres mujeres con discapacidad es o ha sido víctima de abusos o malos tratos, bien por parte de su entorno o a manos de desconocidos. La violencia emocional es la más habitual. Además, la violencia hacia las mujeres con discapacidad en ocasiones pierde presencia en la sociedad. Más de la mitad de las personas con discapacidad son mujeres, según datos del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI).

El colectivo de mujeres con discapacidad intelectual registra mayores índices de discriminación social, problemática a la que se suma una mayor probabilidad de sufrir violencia de género, menor desarrollo personal y social, desconocimiento de la sexualidad con mitos erróneos, desprotección y baja autovaloración de la imagen corporal.

El año pasado por estas fechas, la presidenta de la Asociación Más Mujer Murcia, que agrupa a féminas con discapacidad física y orgánica, María Dolores Pérez, comparecía en la Asamblea para reclamar mayor visibilidad y atención para este colectivo, al tiempo que recordaba que la Unión Europea (UE) cifra en un 40% el porcentaje de mujeres discapacitadas que han padecido o sufren agresiones machistas en algún momento de sus vidas.

Desde el colectivo Plena Inclusión, en Murcia, ponen el acento en que hay que poner en marcha «una serie de estrategias para fomentar la igualdad y reivindicar los derechos de las mujeres con discapacidad intelectual o del desarrollo, en línea con la Convención de la ONU sobre Derechos de las Personas con Discapacidad».

Plena Inclusión Región de Murcia es la federación de asociaciones de familias de personas con discapacidad Intelectual. Lleva más de 35 años trabajando por sus derechos, inclusión y calidad de vida. Como sus asociaciones, es una ONG sin ánimo de lucro y representa al movimiento familiar Plena Inclusión en la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, recuerdan desde el colectivo. En la actualidad, conforman la federación más de 3.000 familias, organizadas en 27 entidades, que gestionan 36 centros. Trabajan en las entidades alrededor de 700 profesionales y colaboran más de 300 voluntarios.

La Fundación ONCE, por otro lado, también denunciaba recientemente la violencia de género que sufren, según las cifras que manejan, más del 30% de las mujeres con discapacidad.

Psicólogos de la Región de Murcia consultados por esta redacción ponen el acento en la «violencia latente» que, explican, muchas de estas mujeres sufren en sus propios hogares, a manos de sus parientes, un tipo de malos tratos que nunca llega a salir a la luz, y que les deja secuelas.

En este sentido, apuntan los expertos que las víctimas con discapacidad intelectual «si han crecido acostumbradas a ese maltrato, ni siquiera tienen las herramientas para identificar que lo es». De esta manera, «puede darse el caso de personas que toda la vida estén sufriendo una situación de abusos y nunca lo cuenten», por la sencilla razón de que «es lo único que han conocido».

Cobra importancia ahí «el papel del entorno, no sólo familiar: vecinos que, si ven algo extraño, lo digan. Pueden salvar la vida de alguien», aseveran.