Anne, Teresa e Irina no quieren que salgan en prensa sus verdaderos nombres. Tienen miedo de que sus maltratadores las reconozcan, por sus historias, y tomen represalias contra ellas. Isabel posa a contraluz en la sede de la asociación de Molina de Segura donde está recibiendo ayuda. Tiene claro que, en cuanto su ex salga de la cárcel, irá a por ella otra vez, así que piensa en irse lejos de la Región. Isabel, Teresa e Irina son madres. Anne sigue sintiendo ilusión cada vez que se despierta al lado de alguien a quien no le tiene miedo. Son supervivientes de la violencia de género y, aunque admiten que el miedo sigue ahí, están vivas.

Relacionadas

Un total de 28 mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas o exparejas desde 2003 en la Región de Murcia y, actualmente, 1.111 cuentan con protección policial en la Comunidad, incluyendo las de riesgo bajo, medio, alto y extremo, dijo el viernes el delegado del Gobierno en Murcia, Diego Conesa. Además, 447 son usuarias activas de Atenpro, servicio telefónico de atención y protección para víctimas de la violencia de género.

La pasada primavera, la ciudad de Murcia era escenario de último crimen de violencia machista de la provincia. Doris Valenzuela, una mujer que se encontraba en España en calidad de refugiada, era asesinada a cuchilladas presuntamente por su esposo. Él lo negó ante la juez. Aun así, se encuentra en prisión provisional, a la espera de que salga su juicio.

En 2017, la parroquia de la Asunción, en Molina de Segura, se quedaba pequeña para despedir a Beatriz Ros, acuchillada hasta la muerte por su compañero de trabajo, que proclamaba que la joven sería «suya o de nadie».

En septiembre del mismo año, la ciudad de Cartagena lloraba a su joven vecina Rosa. Su ex vino de Málaga a la Región para matarla. El sospechoso también sigue entre rejas, hasta que se fije la fecha para su vista oral.