La Universidad de Barcelona, la organización ecologista ANSE y el Instituto Español de Oceanografía (IEO) llevan a cabo un estudio para evaluar en qué medida las áreas de alimentación de las aves marinas quedan dentro de la Red de Áreas Marinas Protegidas (RAMPE), como las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Para ello, han elegido hacer el seguimiento de los hábitos alimenticios de la pardela cenicienta, una de las aves marinas más representativas del Levante español, y una de las afectadas por las capturas accidentales en los barcos palangreros.

Los primeros resultados indican que solo entre un 25% y un 45 % de las localizaciones donde las pardelas se alimentan tienen lugar dentro de un área marina protegida. Por tanto, la mayor parte del tiempo se alimentan fuera de las áreas protegidas, donde entran en 'competición' con las pesquerías.

Ángel Sallent, biólogo de ANSE, explica que eso demuestra que la delimitación de las áreas marinas protegidas "deben ser más flexibles y que "es necesario revisar esos márgenes".

El biólogo argumenta que las áreas protegidas actuales ya tienen más de 10 años y que cuando se diseñaron se tenían muchos menos datos de los que hay actualmente. "Además, habría que cambiar la mentalidad, ya que las zonas marinas de conservación no son tan estáticas como las terrestres; hay que cambiar la metodología".

Para obtener esta información, se han llevado campañas de marcaje de pardela cenicienta con registradores GPS en varias colonias del Levante español, al mismo tiempo que se han usado datos de localización de barcos VMS (del inglés Vessel Monitoring System) para caracterizar espacial y temporalmente el esfuerzo pesquero de cada flota y de este modo poder determinar las zonas de mayor riesgo de interacción.

Esta especie de hábitos pelágicos solo acude a tierra durante la época de cría, pudiendo permanecer fuera de la colonia durante más de una semana mientras buscan comida. Por su gran tamaño, es una especie que permite el uso de aparatos GPS que en otras especies no sería posible.

Particularmente, ANSE ha llevado a cabo las campañas de las dos colonias existentes en el Sureste, la de la Isla de las Palomas en Cartagena, e Isla de Terreros en Pulpí (Almería), donde se han instrumentado con registrador de GPS 41 y 10 individuos respectivamente. Estas dos islas albergan las dos únicas colonias cercanas a la costa peninsular en el Mediterráneo. Otras dos campañas se realizaron paralelamente en Cala Morell (Menorca) y Columbretes (Castellón) por la Universidad de Barcelona.

Aunque ambas islas se encuentran en el Mediterráneo, en la Isla de las Palomas cría la especie mediterránea de pardela cenicienta (Calonectris diomedea) mientras que en la Isla de Terreros lo hace la atlántica (Calonectris borealis). A pesar de la poca distancia entre ambas colonias (80 kilómetros en línea recta), sus áreas de alimentación casi no se solapan.

Mientras que las pardelas de Palomas se dirigen principalmente hacia el sur y sureste del Mediterráneo llegando a alcanzar la costa argelina, las de Terreros prefieren alimentarse en el Mar de Alborán llegando algunos ejemplares a salir al Atlántico.

El proyecto cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica, a través de la convocatoria de 2017 del Programa Pleamar, cofinanciado por el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP).