No es un porcentaje que lleve a la preocupación, pero sí es más alto de lo que gustaría. Las universidades públicas de la Región de Murcia tienen una tasa de abandono de los estudios en el primer año de carrera que se sitúa entre el casi 9% de la de Murcia y algo más del 5% de la Politécnica de Cartagena (UPCT), que en algunos casos llega hasta el 10%.

«La tasa de abandono el primer año es muy superior a la de los cursos posteriores, y es lógico», explica el vicerrector de Ordenación Académica de la UPCT, José Luis Muñoz Lozano, que explica que esta universidad ha hecho un estudio para ver la evolución de este parámetro y esa conclusión «nos ha tranquilizado».

«Si los alumnos dejaran la carrera en el tercer año, por ejemplo, sería porque el título tiene problemas, no porque, por ejemplo, el estudiante se dé cuenta de que se ha equivocado de carrera, que es lo que suele ocurrir el primer año», apunta.

En la Universidad de Murcia, los datos de abandono en el primer año durante el curso 2016/2017 indican que, de media, el porcentaje fue del 8,78%. De ellos, un 5,48 por ciento fueron mujeres y un 13,53 por ciento hombres. Por lo que se refiere a la nota media de admisión de estos alumnos en el grado elegido, la general fue de 7,26 puntos (la media de las mujeres fue de 7,42 y la de los hombres 7,17).

En la UMU, y a tenor de los datos, han constatado que son las carreras de Ciencias de la Salud y algunas de ciencias, las que más alumnos fieles tienen, mientras que otras, esas en las que los estudiantes se meten de rebote o por presiones familiares porque deben estudiar alguna carrera, las que mayores índice de abandono tienen.

La vicerrectora de Empleo, Emprendimiento y Sociedad de la UMU, Alicia Rubio, explica que algunas investigaciones identifican diferentes factores que influyen en el proceso de abandono de un estudiante universitario, como pueden ser: las estrategias de estudio del estudiante, sus características psicoeducativas (persistencia, motivación por la carrera, etc.), sus circunstancias socio-económicas, la exigencia académica, la mayor o menor practicidad de los contenidos formativos, la información y orientación recibida durante la carrera, etc.

Asimismo, apunta que quienes dejan sus estudios suelen hacerlo por, en primer lugar, el bajo interés vocacional y, en segundo lugar, la baja motivación.

«Por ello, consideramos la posibilidad de diseñar programas de intervención basados en los principios y fundamentos de la Orientación Profesional, enfocados a mejorar los aspectos vocacionales para una adecuada construcción del proyecto profesional y de vida», destaca.

Una orientación que se convierte en una herramienta valiosa en la lucha contra el abandono educativo y que ha sido históricamente avalada por numerosas instituciones nacionales e internacionales, insiste la vicerrectora.

A estas dos causas generales, el vicerrector de la UPCT añade las particulares de la universidad cartagenera: «Pese a no ser una tasa alta, nos preocupa que haya alumnos que dejen la carrera, por lo que hicimos una encuesta personalizada a todos los que no siguieron». Una de las razones esgrimidas fue que sentían 'morriña' de su tierra, «eran alumnos de fuera y no lograron integrarse en la ciudad, echaban de menos a la familia...; esta causa se mantiene porcentualmente», apunta Muñoz Lozano.

Otros reconocieron que era por la dificultad de la titulación. «Las ingenierías son así de complejas», destaca el vicerrector, a la vez que explica que una tercera razón esgrimida se refería a la falta de información previa: «No sabían dónde se metían; aunque esta causa, afortunadamente, va descendiendo gracias a las acciones de promoción de la vocación tecnológica que estamos llevando a cabo en institutos, participando en eventos como la Semana de la Ciencia, u organizando talleres en las bibliotecas o los campus de ingenierías».

Y una cuarta causa, «muy específica de la Politécnica», es el «salto de un grado a otro». Por ejemplo, en la rama de las ingenierías industriales, o entre las que comparten los dos primeros cursos (Telecomunicación e Ingeniería Telemática).

«Pero en general, se puede decir que los estudiantes de Ingeniería son muy pragmáticos, y su esfuerzo lo centran en aquello que merece la pena», destaca Muñoz.

La Politécnica ha puesto en marcha este año un nuevo plan de acción tutorial, «con una mayor personalización» y que no sólo atenderá a los estudiantes de primer curso, sino también a los del resto», concluye el vicerrector cartagenero.