­Hace 6 años que la arquitecta María Fernanda Pastor Caballero decidió cambiar los planos y el compás por las flores, los vestidos y las fiestas dando paso a 'Eterna Prometida', una empresa especializada en diseño y organización de bodas. «Apenas se había oído hablar de la figura del wedding planner ­-explica­-y los inicios fueron duros, pero yo perseguí mi sueño y se ha hecho realidad». 'Eterna Prometida' se está consolidando, trasladando su estudio hace unos meses a la Gran Vía de Murcia y experimentando un continuo crecimiento. Así, poco a poco ha ido incrementando su clientela hasta llegar a más de una veintena de eventos celebrados cada año. «Eterna Prometida' es mi vida, no me imagino haciendo otra cosa, es hablar de mi empresa y me emociono», comenta.

El sello distintivo de María Fernanda y su equipo es que convierten cada boda en una fiesta inolvidable, original y sorprendente que refleja la personalidad de los contrayentes. Están pendientes de cada detalle para que la fiesta se asemeje lo máximo posible a la boda soñada. «Nuestra responsabilidad consiste en lograr la mejor celebración posible ajustándonos al presupuesto de los contrayentes», explica.

Así, durante los primeros meses se dedica a conocer a fondo a los novios, escucharlos, saber más acerca de sus historias, su personalidad, y a partir de ahí les acompaña en el viaje más importante de sus vidas, asesorándolos para conseguir que todo sea un éxito. Los profesionales de 'Eterna Prometida' se encargan desde el diseño y la adecuación de los espacios, a la búsqueda de proveedores, montaje y coordinación de protocolo.

Hace unos meses organizaron una boda en la que los novios dedicaron estrofas de canciones a los asistentes y cada uno de los 170 invitados recibió una tarjeta de bienvenida con un texto personalizado, «fue muy emocionante», comenta. A pesar se que el trabajo es tan absorbente que le dedica los 365 días del año, «no lo cambiaría por nada. Cada boda es una nueva meta donde superarnos», concluye.