La formación que imparte la Fundación Laboral de la Construcción ha ido especializándose a lo largo de los años y en este momento incluye nuevos cursos dirigidos a colectivos diferentes a los que integraban su alumnado tradicional. Entre las últimas titulaciones impartidas figura un curso de eficiencia energética destinado a los arquitectos, unos profesionales que también acuden a la Fundación cuando tratan de ponerse al día en cuestiones técnicas.

También está incorporando al listado de cursos innovaciones como la gestión del agua, que impartirá en su centro de Formación Profesional reglada de Alhama para atender la demanda de las empresas relacionadas con las canalizaciones, riegos y plantas de tratamiento. Inicialmente, la Fundación ofrecerá dos cursos en los que está previsto que participen unas 50 personas, según explicó el gerente, Rafael López García.

Entre los colectivos profesionales a los que ofrece formación figura también el personal de la base aérea de Alcantarilla, al que se instruye en el manejo de maquinaria, grúas y herramientas para realizar los trabajos que requieren sus instalaciones.

Algunos institutos de Secundaria también utilizan las instalaciones para realizar sus prácticas, dado que los centros no siempre disponen de espacios en los que realizar las tareas que aprenden.

Al mismo tiempo, la entidad colabora con organizaciones humanitarias como Cáritas o Jesús Abandonado, que han empezado a dar a las personas a las que atienden una formación imprescindible para mejorar su autonomía y sus posibilidad de inserción en el mercado laboral. En estos casos, la Fundación imparte la formación de forma gratuita, según indicó el gerente.

La Fundación Laboral de la Construcción se financia con sus propios recursos. Según destacaba su presidente, Luis Fernández Mula, sus principales ingresos son las cuotas de los propios empresarios, que aportan un 0,37% de la base de cotización para costear el 50% el funcionamiento de esta entidad; una cuarta parte de sus recursos procede de las subvenciones aportadas por el Estado y la Comunidad Autónoma y el restante 25% lo ponen las propias empresas que demandan formación a través de los créditos de los que disponen los trabajadores o con su dinero.