'Cerrado, disculpen las molestias', se podía leer ayer por la mañana en un cartel, escrito a mano, colocado en la puerta de la panadería y confitería Lolipop, en la población de El Palmar. Dentro del local, un hombre se afanaba por limpiar los estragos de lo que había pasado de madrugada: unos amigos de lo ajeno, aún no se sabe cuántos, forzaron la entrada del negocio y se llevaron todo lo que pudieron. Según fuentes cercanas, dinero en metálico, una cantidad, procedente de las ventas de la confitería, que no ha sido precisada. Y no se conformaron con robar: también aprovecharon para hacer destrozos. Había comida desperdigada por el suelo. Incluso había bollos tirados en los contenedores cercanos, explicaron testigos a esta redacción.

Vecinos recordaban que no es la primera vez que esta panadería sufre un robo: que el año pasado, también por estas fechas, los ladrones también entraron.

Pero no sólo el Lolipop recibió la visita de los cacos de madrugada: los ladrones intentaron entrar en un bar que hay en la misma calle, pero sonó la alarma y esto les hizo escapar.

Agentes de la Policía Nacional se desplazaron al lugar e inspeccionaron el local asaltado en busca de pruebas que les lleven a dar con la identidad de los cacos. Asimismo, se movilizaron profesionales de la Científica, en busca de huellas y otros rastros que faciliten al Cuerpo la localización de estas personas.

Dada la situación, vecinos de la zona aseguran tener miedo y en algunos edificios han instalado ya cámaras de vigilancia.

La localidad de El Palmar ha sufrido, en los últimos meses, numerosos robos. En abril, asaltaron varias veces la parroquia de Santa Rosa de Lima, en la barriada de Los Rosales, y se llevaron hasta las guitarras.

En mayo, la Policía arrestó en la misma población a un sujeto, con un amplio historial delictivo, que llegó a amenazar a los agentes con un arma de fuego.