Desde la Consejería de Salud se viene trabajando para reducir el consumo de antibióticos con dos programas: el HappyAudit, que se puso en marcha en el año 2009 para bajar su uso en el caso de infecciones de las vías respiratorias altas, por el que ya han pasado 534 profesionales sanitarios y más de 47.000 pacientes y con el que se les dota de un kit de diagnóstico rápido de infección por bacterias; y el Purapi para el uso responsable en la primera infancia, creado en 2013, y que surgió de los propios pediatras al detectar que no se estaba haciendo un uso adecuado.

En el caso de los menores hay que hacer un especial hincapié, ya que el mayor consumo de antibióticos se produce en los cinco primeros años de vida, justo en el periodo en el que tienen más infecciones, muchas mal diagnosticadas y que se deben a virus y no a bacterias. La directora general de Planificación, Investigación, Farmacia y Atención al Ciudadano, María Teresa Martínez, alerta de que tomar dosis altas de antibióticos a estas edades puede conllevar una alteración de la inmunidad en la edad adulta, precisamente por la alteración de la microbiota, las 'bacterias buenas' que el cuerpo necesita.

Precisamente, una persona que tenga un peso aproximado de unos 60 kilos tendrá un kilo de estas 'bacterias buenas' en su cuerpo. «Es fundamental contar con una microbiota fuerte y variada y así nos aseguraremos estar más sanos», señala Martínez. A la vez que recuerda que ésta se debilita con los antibióticos y que tras un tratamiento de unos 10 días el organismo necesita dos meses para volver a recuperar sus niveles.