La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) ha recomendado hoy "estar preparados y en alerta" ante la aparición de cinco casos autóctonos de dengue en España. Cuatro de los casos se han registrado en la Región. Los dos primeros se confirmaron en octubre, vecinos de Alhama, y el resto a principios de noviembre. Son personas "directamente relacionadas" y ninguno de ellos ha viajado a un país de tranmisión del virus.

La SEMG ha considerado que se debería aumentar la fumigación selectiva de las zonas de larvas de los mosquitos que transmiten la enfermedad.

En un comunicado, el experto en Enfermedades Tropicales de la SEMG, Fernando María Navarro, ha subrayado que la lucha contra los vectores que transmiten el dengue -los mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus, conocido como mosquito tigre- "debe ser más enérgica".

Así, ha señalado que lo importante es la eliminación de las larvas en las zonas donde se crían: humedales, agua de macetas, pozas, vasijas para flores, aunque el agua sea limpia, además del uso de repelentes y mosquiteras.

Sin embargo, ha alertado de que "además de las medidas de autoprotección y del entorno, debemos saber de la existencia de la enfermedad, pensar en ella y llegar a un diagnóstico certero para no confundirla con otras viriasis como la gripe u otras enfermedades tropicales importadas".

Navarro ha incidido en la importancia del diagnóstico clínico, para lo cual es fundamental conocer si la persona ha viajado a zonas endémicas o con otras enfermedades tropicales, a pesar de que el diagnóstico definitivo es en el laboratorio, con la búsqueda del antígeno viral o de anticuerpos.

Si bien el cuadro clínico del dengue "puede pasar desapercibido", en otras ocasiones causa fiebre de más de 38º C, dolor de cabeza e incluso pueden aparecer pequeñas erupciones, inflamación glandular y dolores articulares, por lo que se conoce al dengue como "quebrantahuesos".

Generalmente, el proceso es benigno, pero en otras ocasiones afecta a las plaquetas y puede producir hemorragias, una forma grave de esta enfermedad.

Se trata con analgésicos, aunque las formas graves requieren vigilancia de constantes, analítica con recuento de hematíes y plaquetas, y los afectados deben ser tratados en el hospital.

Según Navarro, estas formas graves se deben a una segunda exposición al virus, lo que da lugar una respuesta exagerada.