El nombre y la cara de Patrick Nogueira, bautizado por los medios como 'el asesino de Pioz', lleva días copando su espacio informativo en diarios y televisiones debido al juicio que se viene celebrando desde el pasado 24 de octubre en la Audiencia Provincial de Guadalajara. El brasileño, acusado de asesinar a sus tíos y sus primos, y a quien el jurado popular ya ha declarado culpable sin eximentes, espera ahora el veredicto final.

Muchos de los murcianos que han seguido el caso, no han podido evitar recordar el de un asesino autóctono con rasgos muy similares, J.M. Ríos Carrasco, ante las similitudes del caso. Ríos Carrasco mató a sus dos tíos, octogenarios, en Santiago de la Ribera, San Javier, usando el cinturón de una bata.

Sorprende además que el asesino de San Javier también demostró una alevosía y una falta de empatía similares a las del brasileño, al acabar con sus familiares aprovechando sus limitaciones físicas y a sabiendas de que no habría nadie más en casa, porque a la hora en la que cometió los asesinatos la mujer que cuidaba de ellos ya se había retirado.

Además realizó unas declaraciones que evocan a la conversación mantenida entre el brasileño y su amigo. Y es que el asesino de San Javier afirmó que mató a su tío porque no le quiso dar dinero (aseguró ser drogadicto y quererlo para saciar su "mono") y que acabó con la vida de su tía porque le daba pena, al estar impedida en la cama y no tener a nadie que se hiciese cargo de ella, una vez muerto su tío.

J.M. Ríos Carrasco fue condenado a 36 años de prisión por la Audiencia Provincial de Cartagena, sentencia que fue confirmada por el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Murcia, pero presentó un recurso de casación frente al Tribunal Supremo que fue admitido en parte, por lo que se le rebajó la condena a 31 años y 6 meses al interpretar este último tribunal que no concurrió en la agravante de abuso de confianza.