Un total de 1.583 comercios pequeños han cerrado en la Región de Murcia en el periodo de 2008 a 2016, teniendo que enfrentarse a las grandes superficies, la liberalización de horarios, así como afrontar una crisis económica, que le ha hecho perder casi un 40 por ciento de cuota de mercado en la última década «a lo que se suma ahora el reto de la revolución digital».

Así lo advirtió Ciudadanos al presentar una Proposición No de Ley sobre el comercio de proximidad en el Congreso de los Diputados, que fue aprobada por amplia mayoría, y recoge diversas iniciativas para su modernización, especialmente en el área digital.

El diputado José Luis Martínez explicó que la revolución digital «está cambiando los hábitos de consumo y las formas de comprar; la mayoría de gente compra por Internet», de hecho, destacó, «el año pasado se vendieron 27.000 millones de euros a través del comercio electrónico y son cifras que no paran de crecer». Sin embargo la mayoría de los comercios pequeños no tienen web para competir con las grandes superficies «frente al 66 por ciento de las grandes empresas que sí venden por Internet». A esto se unen otros retos, como el de las rebajas, pues «se ha cambiado el sistema de rebajas que el pequeño comercio utilizaba para dar salida a su estocaje tradicional, y ahora vivimos en una rebaja permanente, todo son viernes locos de compra o promociones del 20 al 30 por ciento», incidió, «y el comercio de proximidad no tiene margen para hacer frente a estas campañas continuas de rebaja».

Tras resaltar que en la Región hay 14.600 comercios de proximidad, que dan empleo a 60.000 murcianos, opinó que «hay que actuar, porque corremos riesgo de que el comercio de proximidad se convierta en residual en nuestros barrios y municipios». Son persianas que se bajan «y no vuelven a subir», ha hecho hincapié Martínez.

Y es que, subrayó, «tienen que afrontar el reto de la transformación digital, el comercio electrónico y cerrar la brecha digital» pero también esta iniciativa contempla «luchar contra el intrusismo de los manteros o la economía sumergida», porque «todo esto afecta gravemente al pequeño comercio».

Por ello, esta incitativa busca «mejorar su competitividad, ahondar en su modernización e innovación, a fin de que aprendan a adaptarse a los nuevos tiempos que corren».