La implantación del 'Código Ictus' y la puesta en marcha de los tratamientos en la Región de Murcia desde 2008 han logrado que más de un 40 por ciento de los pacientes supere esta patología sin secuelas. Del resto, un porcentaje similar de afectados padece efectos secundarios, mientras que cerca de un 10 por ciento fallecen.

Cada año se producen en la Región más de 3.000 episodios cerebrovasculares, de los que unos 2.000 corresponden a ictus isquémicos, 600 son ataques isquémicos transitorios y 500 ictus hemorrágicos. En un 75 por ciento de los casos los enfermos son personas mayores de 65 años y presentan factores de riesgo como diabetes o hipertensión. El 'Código Ictus' regional ha propiciado la llegada de más pacientes en tiempo del tratamiento a los hospitales y la mejora de los circuitos intrahospitalarios para acceder más rápidamente a la atención médica. Además, ha hecho que se duplique el número de pacientes tratados en la Región por esta patología en los últimos años.

Día Mundial del Ictus

El gerente del Servicio Murciano de Salud (SMS), Asensio López, ha ofrecido estos datos con motivo de la celebración ayer del Día Mundial del Ictus, cuyo propósito es sensibilizar a la sociedad sobre la gravedad del infarto cerebral. López ha mantenido un encuentro con los responsables del Servicio de Neurología de los hospitales Virgen de la Arrixaca de Murcia y Santa Lucía de Cartagena.

Paralelamente, el director general de Asistencia Sanitaria del SMS, Roque Martínez, y la coordinadora del Plan Regional de Ictus, Ana Morales, han participado en Madrid en la jornada 'La situación actual de la atención al ictus en España: de la estrategia nacional a los planes regionales', para analizar cómo se han implantado los distintos planes de Atención del Ictus en las comunidades autónomas.

Este año se conmemoran los 10 años de la puesta en marcha del Plan de Ictus de la Región de Murcia. En el año 2008 se abrió la primera Unidad de Ictus en la Región (hospital Virgen de la Arrixaca) y le siguió la unidad del Santa Lucia en 2012. El plan nació como una aplicación de las recomendaciones de la Estrategia Nacional de Ictus, que indicaba que debían desarrollarse estos planes en cada comunidad autónoma para realizar el tratamiento global de las enfermedades cerebrovasculares de manera apropiada.