La agricultura puede y debe prepararse para los futuros escenarios del cambio climático, especialmente la de secano, en grave peligro de desertificación, que además se juega su futuro. El proyecto Life AmdryC4, que lidera la Universidad de Murcia (UMU), ha constatado en el año que lleva en marcha que el uso de plantas como el esparto o el albardín son grandes captadores de emisiones de CO2, a la vez que logran recuperar suelos muy deteriorados y permiten retener el agua.

La profesora del área de Edafología de la universidad, María José Martínez, responsable del proyecto, explica que con la investigación se pretende contribuir a la mitigación y adaptación al cambio climático de este tipo de suelos, poniéndolos en valor e integrándolos con la biodiversidad.

Tras estos primeros meses, en la finca de Corvera (Murcia) en la que trabajan y en la que se han plantado almendros, olivos y algarrobos, introduciendo fibra de esparto en el suelo, han constatado que éste se ha recuperado, logra mantener la humedad y evitar, por tanto, su evaporación.

«Los agricultores pueden trabajar con la materia orgánica que tienen a su alrededor para recuperar sus tierras, y si no hay nada la pueden plantar», comenta, indicando que el esparto, por ejemplo, puede llegar al objetivo de la Unión Europea de captar el 'cuatro por mil' de las emisiones de CO2 (o efecto invernadero) a la atmósfera.

Los restos de las podas, o los lodos de las depuradoras son también elementos válidos para cumplir estos objetivos, como han constatado los investigadores en fincas de Xiquena (Lorca) en las que trabaja. Además, aquí está prevista la construcción de una planta piloto para ver cómo se puede elaborar compostaje con los purines, una vez que se separen los elementos sólidos del líquido. El agua resultante se trataría para su reutilización posterior.

En los terrenos de cereales de Caravaca cedidos por los agricultores, van a utilizar drones con cámaras infrarrojos para cuantificar la captación de CO2 en la finca, tratada en una parte con lodos de depuradora y en otra no.

El proyecto se realiza en colaboración con la Oficina de Impulso Socioeconómico de Medio Ambiente (Oisma) de la Comunidad, la organización agraria Coag, Ingeniería del Entorno Natural, SL, y la Asociación Nueva Cultura por el Clima. El proyecto se enmarca en la economía circular, en crear empleo, en el desarrollo rural y en fijar la población.