Han pasado casi dos semanas desde que la Junta Central de Explotación del Acueducto Tajo-Segura dio luz verde a un trasvase de 20 hm3 de agua para beber y regar en el mes de octubre, el primero del nuevo año hidrológico.

Tras el informe técnico, le toca a la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, firmar la autorización que debe llegar al Boletín Oficial del Estado (BOE) antes de que se haga efectivo el envío del agua. No es la primera vez que la ministra se toma su tiempo, ya que en el desembalse de agosto tardó más de dos semanas en rubricarla.

El informe técnico se completó el 4 de octubre, un documento que, de hecho, indicaba a la ministra que era posible trasvasar un total de 60 hm3 para los tres últimos meses de 2018. Debido a que los pantanos de la cabecera del Tajo se encuentran en nivel 3, no se puede autorizar ningún trasvase sin que la decisión esté avalada técnicamente. Fuentes del Ministerio confirmaron ayer que Ribera aún no había firmado la orden con la autorización.

No ha sentado muy bien el nuevo retraso en el Ejecutivo murciano. El presidente Fernando López Miras comentó ayer que «son, lamentablemente, un clásico. Es incomprensible que, mes tras mes, se repita la misma situación de incertidumbre para los regantes». López Miras recordó que la cuenca del Segura es deficitaria, «por mucho que intenten cuestionarlo desde el Gobierno de Pedro Sánchez. La ministra pone las necesidades de los regantes en el último lugar, y juega con el futuro y la estabilidad de muchas familias».

El jefe del Ejecutivo regional insistió en que la ley permite que se trasvase agua desde la cuenca del Tajo hasta la del Segura y que el envío fue autorizado por la Comisión Central de Explotación. «No entendemos qué interés tiene en generar desasosiego a los regantes de la Región ni qué hay detrás de su inacción».