Las notarías de la Región están recibiendo muchas consultas de familias interesadas en conseguir información sobre los beneficios fiscales que ofrece la donación de las herencias en vida tras la entrada en vigor de la bonificación del 99% en el impuesto. El decano del Colegio de Notarios de Murcia, Pedro Martínez Pertusa, aconseja que se informen bien antes de optar por esta fórmula, dado que la rebaja no se produce de forma paralela en el IRPF y la plusvalía que cobran los ayuntamientos.

Martínez Pertusa recordaba que a efectos del IRPF la Agencia Tributaria considera una donación como si fuese una venta, lo que significa que el propietario tendrá que tributar por el incremento del valor de los inmuebles o de los bienes donados que haya podido producirse desde que se produjo la compra hasta el momento de la cesión a sus descendientes. Sin embargo, «nadie reclama al fallecido» los beneficios que haya podido reportarle la revalorización, explicaba.

Por otra parte, los ayuntamientos aplicarán también la plusvalía a los inmuebles que cambian de manos, sea cual sea la fórmula utilizada en la transmisión de la propiedad.

«Llega un momento en que hasta es más barato morirse», apuntaba con ironía el decano de los notarios, expresando así las complicaciones y los gastos adicionales que conlleva la donación.

Martínez Pertusa considera que las donaciones pueden ayudar a resolver problemas del reparto de la herencia, pero recuerda que el patrimonio también ayuda a veces «a los padres a hacerse querer». A su juicio, cuando «los hijos están muy ocupados y no tienen tiempo para ocuparse de atender a sus progenitores», la posibilidad de disponer de bienes les da a los mayores una seguridad que no tendrían si se desprenden de ellos. «No todo es negativo, la tranquilidad y la seguridad tiene un precio», indicaba, aunque tampoco olvida que a veces «el mantenimiento de los inmuebles también supone un gasto».

Por otra parte, reconocía que la entrada en vigor de las bonificaciones en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones no está acabando con las renuncias a las herencias, que se venían atribuyendo a la falta de liquidez de los herederos para hacer frente al pago de los impuesto.

Tras la rebaja del tributo al 99%, explicaba que la negativa se produce cuando el legado conlleva «deudas, que debería asumir el beneficiario». Añadía que a veces el heredero es el que debe dinero y no quiere recibir un activo para evitar que los acreedores «se lo queden para cobrarse la deuda».