El riego se va a hacer transparente en el Campo de Cartagena. Con ello se quiere contribuir a reducir al máximo los vertidos con nutrientes que llegan al Mar Menor procedentes de la agricultura a través del acuífero. La Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca ha diseñado un proyecto, junto con el sector productor, por el que se van a instalar 500 sondas capacitivas o medidoras de la humedad, los nutrientes y la temperatura del suelo en las fincas agrícolas.

Esta iniciativa, que se enmarca en el Plan de Ejecución de Infraestructuras Sostenibles del Mar Menor (PEIS), quiere servir de complemento a la actuación prevista en el Plan de vertido cero del Ministerio para la Transición Ecológica, que conectará los drenajes agrícolas de la zona con la desalobradora de El Mojón.

El presupuesto que maneja la Consejería asciende a un millón de euros, que saldrán de las arcas de la Unión Europea a través de los Fondos Feder. La administración subvencionará al 100 por cien el proyecto.

«Es una iniciativa pionera a nivel mundial a esta escala, pues las experiencias que se han realizado hasta ahora han sido a nivel de parcela», explica el consejero Miguel Ángel del Amor.

Las sondas, que se colocarán en las fincas de la comunidad de regantes del Campo de Cartagena y del Arco Sur, ocuparán en una primera fase unas 40.000 hectáreas de terreno. Constan de varios anillos que miden la profundidad del suelo hasta donde llega la raiz de las plantaciones y 'avisan' cuando el agua sobrepasa el límite de las mismas, es decir, cuando no hay actividad radicular.

«Con esto se evita un riego innecesario y el drenaje o lixiviado con nutrientes al acuífero», añade Del Amor, quien apunta que también se incentiva el buen uso del agua, puesto que las necesidades de aporte de agua al cultivo cambian diariamente en función del clima.

Todas las sondas están conectadas entre sí y se 'alimentan' con energía solar, a través de las placas que hay instaladas. Se instalan en la zona radicular más activa y ayudan a mantener el nivel de humedad del suelo «en su punto óptimo» para el crecimiento de la planta cultivada. Los datos se envían a un receptor instalado en el cabezal por señal de radio y tienen acceso a los mismos los propietarios de las fincas.

Ya se han llevado a cabo los estudios previos y la intención de Agricultura es que se puedan estar instalando a finales de este año. De hecho, el proyecto saldrá a licitación en un mes.

La intención de la Consejería es crear una red de estaciones agroclimáticas y otra de estaciones de lisímetros, «que optimizarán la información y permitirá corregir errores en el riego», subraya De Amor. Como complemento se creará un cuaderno digital en el que se vayan registrando las anotaciones de todas las fincas lo que le dará «más agilidad a la información y ésta será más transparente».

El paso siguiente, será poner en marcha en la zona un cuaderno de campo on line y crear la figura del asesor de fertirrigación, que ya existe con la aplicación de los productos fitosanitarios. Su trabajo consistirá en certificar que el riego y el abonado a las plantas es el correcto. «Con ello, se pone en valor lo que se ha hecho y lo certificamos ante posibles 'ataques' o críticas externas», destaca el consejero de Agricultura.

Una veintena de actuaciones

El PEIS fue presentado a finales de junio y contempla una veintena de actuaciones para alcanzar el vertido cero a la laguna salada de nutrientes y otros residuos que eviten su recuperación.

El documento ha sido elaborado junto con la Dirección General de Medio Ambiente y Mar Menor y contempla medidas para la compatibilidad de todos los sectores implicados en la laguna salada.