La capacidad de conjugar los placeres del buen paladar con la salud alimentaria debe aprenderse desde la infancia. Por eso, el consejero de Salud, José Manuel Villegas, aconsejó ayer a las 300 personas que asisten al I Congreso Nacional de Responsables del Hogar que «metan en la cocina a sus hijos y nietos» y les expliquen qué es «lo que se debe comer y cuáles son los productos de los que no se puede abusar» para evitar que en el futuro se conviertan en adultos «dependientes de la comida basura. El hogar es la primera escuela de salud», afirmó el responsable de Sanidad.

El encuentro organizado por ElPozo Alimentación en colaboración con las organizaciones Thader Consumo de Murcia y la Federación Valenciana Tyrius, que reunió ayer en Alhama a representantes de las organizaciones de consumidores y amas de casa de todas las comunidades autónomas, aspira a convertirse en un foro de debate sobre las buenas prácticas de nutrición y administración doméstica en una sociedad marcada por la falta de tiempo y la necesidad de sortear y los fraudes y los falsos mitos impuestos por el consumismo.

En la apertura del congreso Villegas defendió que «el hogar es la primera escuela de salud», en la que los niños deben aprender hábitos saludables de nutrición, pero también los conocimientos y las habilidades culinarias necesarias para comer bien. «De lo contrario, irán a la comida rápida y acabarán dependiendo de la comida basura, en detrimento de su salud».

Añadió que la familia también debe dar ejemplo contra el tabaquismo, al igual que los médicos, asegurando que toda su credibilidad y profesionalidad queda en evidencia «si le dicen a un paciente que no fume, pero en el bolsillo de la bata blanda se perfila el paquete de tabaco. Esos pacientes ya no le harán caso en nada de lo que les diga», advirtió Villegas.

También el presidente del Grupo Fuertes, Tomas Fuertes, que ejercía de anfitrión, planteó la conveniencia de enseñar en los colegios y en los institutos «una cultura de la alimentación, que es muy importante para la calidad de vida y la longevidad». Fuertes apuntó que cada persona consume 1.000 kilos al año de productos sólidos y líquidos, por lo que «es preciso que cada uno se alimente de acuerdo con su ADN, no por lo que le cuente la vecina».

La presidenta de Thader Consumo, Juana Pérez, resaltó la presencia masculina en el congreso para dejar claro que las responsabilidades y las labores del hogar «son cosa de hombres y de mujeres. Las tareas domésticas deben ser compartidas de manera igualitaria. Queremos amos y amas de casa», afirmó. Juana Pérez, al igual que la presidenta de la organización valenciana Tyrius, Vicenta Alcácer, defendió la necesidad de reconocer la aportación que «el trabajo no remunerado en el hogar» supone para la economía nacional. «No quiero ni imaginar el alcance que habría tenido la crisis de no haber sido por la familia», advirtió. Apostó, además, por el consumo responsable remontándose a Séneca, quien «en el siglo I ya decía que había que comprar solo lo necesario, no lo conveniente, porque lo innecesario es caro».

El delegado del Gobierno y exalcalde de Alhama, Diego Conesa, también destacó la importancia del congreso como un encuentro capaz de «dar visibilidad» a un trabajo que es «un pilar de la economía».