—Cuando usted salga derrotado de las elecciones de 2019, señor presidente, seguro que la CROEM tiene una puerta giratoria preparada para usted.

—Había empezado bien, señor Urralburu, educado y con su americana en señal de respeto, pero al final se nos ha torcido. La cabra siempre tira al monte.

Sin tregua y en ocasiones alzando la voz, con protestas de las bancadas incluidas, la primera sesión de control al presidente regional del curso comenzó con reproches entre el jefe del Ejecutivo murciano, Fernando López Miras, y los tres portavoces parlamentarios de PSOE, Podemos y Ciudadanos.

El primer intercambio de golpes llegó con la pregunta del portavoz de Ciudadanos, Miguel Sánchez, quien reclamó medidas para frenar «la sangría de los contratos de la construcción de la desaladora de Escombreras», que -añadió- generan un «agujero de 600 millones de euros». Ante algunas caras sonrientes de los populares, Sánchez disertó sobre una «trama de corrupción urbanística» que buscaba cambiar «el modelo socioeconómico de la Región para recalificar 180 millones de metros cuadrados y construir 800.000 viviendas» y planteó a Miras si «iba a hacer algo o su inacción le iba a hacer cómplice de este disparate».

El presidente, que negó que «a día de hoy cueste a los murcianos 600 millones», respondió que el caso está en un proceso judicial, que él «es muy respetuoso con los jueces» y cargó contra Sánchez: «Cambien de estrategia, no se dediquen sólo a buscar basura, cambien el modelo político. Si están sacando basura, no van a salir del estercolero».

Después fue el turno del portavoz de Podemos, Óscar Urralburu, quien inquiría cómo la Región va a salir de la última posición en desigualdad y bajos salarios. Miras le agradecía «el respeto con el que había formulado su pregunta» y le comentaba sus planes para los Presupuestos.

Pero la tregua duró poco. Urralburu pasó al ataque: «Su respuesta es la misma desde que empezó la crisis: van a mantener los recortes y se les va a desbocar la deuda pública. Le vaticino que terminaremos 2019 con la escalofriante cifra de 10.000 millones de deuda. Se está cargando el equilibrio presupuestario; falta una reforma fiscal que garantice que paguen los que no han sufrido las consecuencias de la crisis», afirmó antes de mencionar la Ley de Aceleración Empresarial, que dijo que «sirve para beneficiar a sus amigos de la patronal». Y zanjaba: «Son ustedes unos ultraliberales de pacotilla, viven toda la vida del salario público, se dedican a recortar y a privatizar y cuando los conseguimos echar, se meten en una puerta giratoria y acaban en las empresas a las que han beneficiado».

El pleno finalizaba con la valoración de los cien días de Pedro Sánchez, pedida por el portavoz socialista Joaquín López Pagán. «Muy mal. Pedro Sánchez va camino de superar a Zapatero», contestaba escuetamente Miras.

«En cien días hay un antes y un después en las infraestructuras de la Región», enunciaba López Pagán ante las protestas de los populares. «Por primera vez hay un tren híbrido que nos une con Madrid. ¿Sabe cuál es? El que nos robaron en 2012», señalaba mientras mostraba una nota de prensa de Moncloa en la que se enumeraban las medidas de Sánchez para la Región. «Usted, señor Miras, se ha convertido en un llorón. Le tendría que dar vergüenza después de siete años arrodillado con Rajoy. Ahora son unos valientes. Me entristece la imagen que da de ir llorando por las esquinas».

Miras replicaba: «Sánchez me dijo 'no' a reformar la financiación autonómica y 'no' al pacto del agua». Y concluía: «¿Por qué mienten a la gente, si sigue el muro, si sigue la pasarela de Santiago El Mayor? Es triste que celebran la llegada de un tren que llegó a España en 2012».