Formación con clara aplicación al mundo real. Es la apuesta de la FP Dual para enseñar a los alumnos, de una forma real, las condiciones y método de trabajo que existen en el mercado laboral. Así se defendió ayer en el Congreso sobre la materia celebrado en el auditorio El Batel de Cartagena y en el que se destacó la colaboración de Bankia con los institutos y centros de formación.

Y es que, desde la entidad bancaria se ha puesto en marcha este año, por primera vez, la iniciativa Ayudas Dualiza, que se traducen en el apoyo y la promoción de multitud de proyectos, 36 en total, con una inversión cercana a los 400.000 euros.

El objetivo de Bankia es considerar el aprendizaje como una opción para mejorar la empleabilidad de los estudiantes y la competitividad de las empresas. Cuenta de ello dio ayer el consejero ejecutivo de la entidad, Carlos Egea, en el acto inaugural del congreso, donde recordó que Bankia es «la única entidad de España que tiene una Fundación que lleva en su nombre el compromiso con la educación de un modo tan claro como 'Fundación Bankia por la Formación Dual'».

Un compromiso que, como recordó el propio Egea, no se queda en el nombre, como se puede comprobar en uno de los proyectos subvencionados con las Ayudas Dualiza y que se desarrolla en el instituto Politécnico de Cartagena, único de la Región que ha conseguido la financiación de Bankia.

Se trata del proyecto Ízaro, permite que estudiantes de FP del centro cartagenero participen en la construcción y montaje de una plataforma flotante de un modo real.

Egea subrayó que esos estudiantes «han aprendido, se han esforzado, y si me dejan utilizar una metáfora, mientras lo construían, construían también otro puente, uno hacia su futuro profesional».

El coordinador territorial de la Fundación Bankia, Ricardo Guillem, explicó a LA OPINIÓN que el proyecto Ízaro se centra en la construcción de un puente para una pontona de trabajos submarinos de la multinacional suiza SGS. Se trata de una iniciativa que busca la mejora del aprendizaje de la soldadura y la interpretación de los planos de construcción, así como ensayos no destructivos y el montaje de una estructura real para su posterior uso por parte de los alumnos del Politécnico. La pontona Ízaro será usada por la unidad de operaciones subacuáticas y especiales de SGS en labores de formación en operaciones hiperbáricas y para su actividad diaria.

En definitiva, relató Guillem, permite trabajos reales que tendrán su aplicación real. «El proyecto tiene una doble vertiente, ya que enseña a los alumnos cómo es el mundo laboral y a las empresas les permite conocer la 'cantera' que les llegará en unos años, cuando acaben su formación». Asimismo, los centros docentes participantes en estas ayudas tienen acceso a la tecnología de las propias empresas, por lo que mejora su desarrollo docente.

Hasta ahora, los alumnos del Politécnico han trabajado en los talleres del propio centro en Cartagena, aunque está previsto que una vez finalizado el puente de la pontona se acuda al mar, para trabajar en el ensamblaje de las dos partes.

Guillem explicó que las Ayudas Dualiza están siendo un éxito y que a finales de este año volverá a salir la convocatoria. El pasado año se presentaron 300 solicitudes y se optó por la inversión en 36 proyectos.